¿Se ha alineado el Rey con el relato de la derecha españolista?

Felipe VI. / Mundiario
Felipe VI. / Mundiario

La aprobación por el Parlamento catalán de una declaración a favor de la abolición de la monarquía y la encuesta de Público, que reflejó mayoría a favor de la República en Galicia, Asturies, Catalunya, Euskadi, Nafarroa, País Valencià y les Illes, ponen el foco en la legitimidad de la monarquía.

¿Se ha alineado el Rey con el relato de la derecha españolista?

El rey Felipe VI ha asumido un discurso duro en su españolismo y poco empático en su sensibilidad social. Inusualmente cercano a la cosmovisión de las derechas españolistas. La Corona no es neutral y proyecta una imagen bastante menos empática que la que proyectaba el desgastado Rey emérito.

La aprobación por el Parlament de Catalunya de una declaración a favor de la abolición de la monarquía y la reciente encuesta de Público, que reflejó mayoría a favor de la República en Galicia, Asturies, Catalunya, Euskadi, Nafarroa, País Valencià y les Illes, vuelven a poner en el foco la cuestión de la legitimidad de la monarquía.

La institución monárquica fue reinstaurada en la dinastía de los Borbones por el régimen de facto del general Franco, pero esta evidente falta de legitimidad de origen fue, en principio, subsanada por su ratificación democrática en el referéndum constitucional de 1978. Claro es que no se consultó específicamente por la Monarquía, que fue votada en conjunto cual  “lo toma o lo deja”. El propio Adolfo Suárez reconoció que no se convocó un referéndum monarquía vs república porque contaban perderlo. Por otra parte, pasaron ya 40 años, y somos mayoría superior al 70%, los que por razones de edad no pudimos votar la Constitución.

En lo que se refiere a la legitimidad de ejercicio, la operación Rajoy-Rubalcaba del bipartidismo dinástico para salvar la Monarquía en primavera del 2014 sustituyó la desgastada imagen del hoy emérito por la de un jefe de estado supuestamente  preparado. Pero, después de más de cuatro años de mandato, El Rey convence mucho más a los unos que a los otros. A lo largo de este tiempo, Felipe de Borbón y Grecia no asumió la necesidad de ensanchar el apoyo social a la Monarquía. Más bien se cuidó de proyectar una imagen unívoca de la ciudadanía española, de la ciudadanía monárquica. Una imagen unilingüe, uninacional y muy acercada a la cosmovisión de las derechas, ferozmente competitivas en  su común españolismo centralista.

Felipe VI no tuvo una gesto en estos cuatro años y medio de mínima sensibilidad hacia los damnificados por la Gran Depresión. No demostró su preocupación por una desigualdad que avanzó sustancialmente en estos años. Alineado contra la plurinacionalidad española, el actual jefe del estado escogió bando cuando optó por la dura intolerancia frente a Catalunya de su discurso del 3-O. Un discurso escogido por la Casa Real sin la intervención de Rajoy-es decir, escogido por el Deep State- en la que no hubo uso alguno del catalán, ni concesión mínima al diálogo.

Hace un año, en octubre de 2017, el Borbón escogió ser rey de parte. El Rey Felipe mostró un carácter autoritario, españolista y aristocrático. Mucho más que el de su emérito padre. Como resultado, la  Monarquía no es una Institución neutral. Será muy difícil que este Rey pueda superar esta convicción ciudadana. @mundiario

Comentarios