Keylor, Celso y Campbell, los 'ibéricos' que tan a gusto están en España

Celso Borges, de la selección de Costa Rica.
Celso Borges, de la selección de Costa Rica.

Paraguay buscó identidad en su estructura de juego, a partir de su característica fuerza, y Costa Rica, alegre, mostró variantes con más intensidad en la marca y una transición rápida al ataque.

Keylor, Celso y Campbell, los 'ibéricos' que tan a gusto están en España

Paraguay buscó identidad en su estructura de juego, a partir de su característica fuerza, y Costa Rica, alegre, mostró variantes con más intensidad en la marca y una transición rápida al ataque.

Keylor, Celso y Campbell, los "ibéricos" que tan a gusto están en España, han venido a la casa de todos, Costa Rica, se han juntado con "los demás compas" y puestos los overoles, no han descuidado la disciplina y el rigor que impone el trabajo de conjunto, bajo las órdenes de Paulo César Wanchope, el joven y espigado entrenador de la Sele, como le llaman a la oncena nacional en todas partes.

Noche de brisa que arrulla en el estadio, al frente el corajudo equipo nacional de Paraguay, el mismo que hace un año, salió de este mismo terreno de juego, con un gol en cada tiempo, partido que finalmente ganó Costa Rica 2-1.  Hoy de nuevo, haciendo camino al andar, los aficionados de cara pintada, con la roja puesta y una enorme sonrisa en el rostro, cruzan el Parque de La Sabana hacia "la tacita de plata" como los más viejos aún llaman al Estadio Nacional, en su capital San José.  Cantan y gritan, evocando las glorias de Santos y Salvador de Bahía, provocando que de nuevo se asomen a la ventana de sus ojos, los sentimientos que hicieron llorar a todo un país.

El partido tomado con seriedad por ambas escuadras.  Paraguay en el arranque del proceso del "Pelado" Díaz buscando identidad en su estructura de juego, a partir de su característica fuerza en el uno contra uno.  Costa Rica alegre, dinámico, con un Campbell enloqueciendo con su gambeta, a los 30.000 aficionados presentes en el estadio, mostrando variantes en el parado del equipo, si bien, con la misma columna vertebral de Brasil 2014, pero con más intensidad en la marca y una transición más rápida al ataque, ajuste táctico que responde a un idea de juego más ofensiva, fiel al estilo de Wanchope y que requiere más trabajo de campo para pulir los conceptos.

Celso con el traje de mariscal, con el diapasón en la mano, armonizando la partitura, amigo de todos en el terreno de juego y el cabalístico número 13 jugando a favor de los ticos, el que viste Keylor en el Madrid, la cantidad de partidos consecutivos sin conocer la derrota y la honrosa posición que ocupa Costa Rica, en el ranking FIFA.   Sin goles al final del juego, en una cálida noche de verano.

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