Jürgen Klopp, el corazón de un Liverpool que late más fuerte que nunca

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Jürgen Klopp.

4 de octubre de 2015. El Liverpool destituye a Brendan Rodgers después de cosechar un empate frente al Everton. El conjunto red es décimo y navega a la deriva.

Jürgen Klopp, el corazón de un Liverpool que late más fuerte que nunca

10 de octubre de 2015. Comienza  el “Día D” particular de la ciudad de Liverpool. Jurgën Klopp desembarca en Anfield. Sus primeras palabras fueron: “En este momento, no somos el mejor equipo del mundo ¿Y a quién le importa? ¿Quién lo quiere? Queremos ser el mejor equipo de mañana.”

No mentía el bueno de Jürgen. Hoy, cuatro años después, los reds son los actuales Campeones de Europa y uno de los equipos más temidos del viejo continente. El Liverpool se ha convertido en lo que el alemán quería cuando llegó a orillas del Merseyside, pero no ha sido un camino fácil. El equipo ha tenido ha tenido que evolucionar, madurar y desarrollarse. Comencemos por el principio.

Temporada 2015/16, el comienzo

Uno de los primeros cambios fue eliminar el 3-5-2 de su antecesor e instalar su propio 4-3-3, que a la larga se convertiría en el sello más reconocible de este Liverpool.

¿Quién dijo que iba a ser fácil? Como era de esperar, los jugadores del Liverpool intentaron adaptarse para satisfacer el enfoque de Klopp sin éxito. El famoso gegenpressing (presión ante pérdida) que los jugadores sufrieron en sus carnes (o en sus piernas). Los reds terminaron la temporada en octava posición después de ganar solo 13 de sus 30 partidos de liga en los que el alemán estuvo al cargo.

Jurgën todavía no tenía el tipo de futbolista para jugar de la manera que quería, pero ya vislumbramos destellos de un futuro, cuanto menos prometedor, llegando a las finales en la Copa de la Liga y la Europa League. Perdieron contra el Manchester City de Pep Guardiola y el Sevilla, respectivamente. Lo mejor estaba por llegar.

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Aficionados reds durante la final de la Europa League. / CNN.

Temporada 2016/17, una idea que empieza a tomar cuerpo

Tocaba rascarse el bolsillo. Gini Wijnaldum (27M€ - Newcastle), Joel Matip (libre – Schalke 04), Loris Karius (6M€ - Maguncia) y Sadio Mané (41M€ - Southampton) fueron fichados en el periodo estival. Éste último en particular ofreció un rasgo clave que el equipo había añorado la temporada anterior: velocidad de ataque.

Mané se mostraba como una amenaza para las defensas rivales y empezó a mezclar bien con los Sturridge, Firmino, Lallana y Phillipe Coutinho. Durante esta campaña se confirmó el geggenpressing. Klopp había logrado poder defenderse con solvencia sin necesidad de emplear su frágil defensa.  Lo reds terminaron cuartos en liga y se aseguraron un puesto en el mayor escaparate a nivel europeo: La Champions League. Anfield no escuchaba el himno de la Liga de Campeones desde la temporada 2014/15.

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Sadio Mané durante su presentación. / Sky Sports.

Temporada 2017/18, apuntalando la defensa

Jürgen continuaba con su revolución. Llegaron Andy Robertson (9M€ - Hull City), Mohamed Salah (42M€ - Roma) y Alex Oxlade-Chamberlain (38M€ - Arsenal), y se materializó el ascenso de Trent Alexander-Arnold al primer equipo. Alrededor del periodo navideño, Klopp se permitió el gustazo de incluir en sus filas a Virgil van Dijk (84M€ - Southampton). Suponía un traspaso récord para el club.

El impacto que tuvo el defensa en el equipo resultó incontestable. Desde su llegada, el Liverpool solo concedió 13 goles en la liga (por los 24 que habían encajado hasta su contratación). Los delanteros ganan partidos, los defensas campeonatos.

Pero no fue suficiente y el Liverpool volvió a quedar cuarto en liga. No obstante, su firme actuación en la Liga de Campeones los colocó en el mapa a pesar de su derrota ante el Real Madrid en la final.

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Virgil, cabizbajo durante la entrega de premios en la final de Champions League. / BBC.

Temporada 2018/19, reyes de Europa

En verano llegaron las dos últimas piezas para completar el puzzle. Con el guardameta Alisson (62M€ - Roma) y Fabinho (45M€ - Mónaco) los reds ganaron control en el medio campo y seguridad bajo los palos. Los muchachos de Klopp conservaban los principios básicos de su fútbol volátil, intenso e impredecible, pero integraban una dimensión autoritaria en su juego, que le hacía controlar y dominar los partidos. Ahora era estructura cimentada sobre un caos ordenado.

El Liverpool consiguió su sexta Copa de Europa destronando al Real Madrid. Fue la recompensa justa por varias temporadas de continua evolución táctica bajo la batuta del técnico alemán. 

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Jordan Henderson levantando la “orejona”. / FIFA.

En cuanto a la competición liguera, no pudieron arrebatarle el título al Manchester City pese a una sola derrota y 97 puntos.  El Liverpool no se lleva el título doméstico desde hace treinta años y se ha convertido en una obsesión para el equipo de Anfield. Pero la sequía tiene los días contados. Jürgen lo sabe. Todo Liverpool lo sabe. “Queremos ser el mejor equipo de mañana.” @mundiario

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