¿Por qué el jabón es tan efectivo en la batalla contra el coronavirus?

Una molécula de jabón tiene dos extremos, comparables con una pila, con polos positivo y negativo. Uno de estos polos se asocia a la membrana protectora del virus y la destruye.

¿Por qué el jabón es tan efectivo en la batalla contra el coronavirus?

Este análisis da continuidad al artículo ¿Cuál es la debilidad que presenta el coronavirus y qué nos permite destruirlo?, publicado en MUNDIARIO, en el que ponía en valor, como una medida de prevención esencial, la acción conjunta del agua y el jabón en la inactivación del virus responsable de la COVID-19. Subrayaba que esta es una nueva enfermedad infectocontagiosa causada por un coronavirus que fue descubierto, en diciembre de 2019, en Wuhan (China), el que presentaba en su estructura una membrana lipídica que lo protegía pero que a su vez es su parte más frágil; mediante la acción conjunta del agua y el jabón se consigue romperla, inactivando a esta nueva cepa viral; a consecuencia de este conocimiento, y como una cuestión casi de estado, hacia énfasis en la importancia de lavarse las manos con agua y jabón como una medida higiénica que nos permite plantarnos frente a este nueva cepa, la cual está casi por encima de cualquier otra herramienta disponible. Ahora, en esta ocasión realizaré un análisis más pormenorizado de la estructura química de esta ordinaria herramienta pero muy eficaz.

Las moléculas del jabón poseen en su estructura lípidos semejantes a los que forman la membrana del virus. Así, compiten con las interacciones débiles que mantienen unidas a los tres componentes que conforman al virus y con las que permiten su adherencia a la piel (el coronavirus no atraviesa la piel porque la epidermis es ligeramente ácida -el valor óptimo de su PH es de 5,5-, pero si permanece allí hasta poder ingresar por las mucosas -ojo, nariz y boca- ¿cuando sucede esto? al llevarnos las manos al rostro).

La combinación de agua y jabón provocan la separación del virus de la epidermis y la disolución del “pegamento” que une los tres componentes del virus, con lo que este se inactiva fácilmente. Este es el mecanismo de acción mediante el cual dos sustancias muy comunes en nuestras vidas nos permiten mantener a raya a esta cepa que ha producido una pandemia pocas veces vista en este siglo. También, vale hacerse algunas preguntas como por ejemplo ¿Qué sucedería si nos laváramos las manos sólo con agua?

El agua compite con las interacciones de enlace de hidrógeno del virus, pero no interacciona con los lípidos; es decir, el agua por sí sola no es suficiente para inactivar al virus, por lo que necesitamos asociarla al jabón para lograr destruirlo o inactivarlo.

<p>El agua por sí sola no es suficiente para inactivar al virus, por lo que necesitamos asociarla al jabón para lograr destruirlo o inactivarlo.</p>

¿Cómo se obtiene el jabón?

El jabón es el resultado de la reacción química entre una base o álcali (generalmente hidróxido de sodio o de potasio) y algún ácido graso (puede ser, por ejemplo, la grasa de cerdo o de otros animales o el aceite de coco); esta reacción química se la denomina de Saponificación.

El jabón es soluble en agua y sirve comúnmente para lavar (por sus propiedades detersivas -dispersa finamente en el agua otro sólido, como por ejemplo, la suciedad o las impurezas presentes en un objeto-

En la vida diaria puede presentarse como un material sólido, en forma líquida o en polvo; la forma sólida es el compuesto "seco", sin el agua que está involucrada durante el procedimiento de obtención del jabón; la forma líquida es el jabón "disuelto" en agua -por lo que su consistencia puede ser muy viscosa o muy fluida-.

<p>El jabón es el resultado de la reacción química entre una base o álcali y algún ácido graso; esta reacción química se la denomina de Saponificación.</p>

El jabón es el resultado de la reacción química entre una base o álcali y algún ácido graso; esta reacción química se la denomina saponificación. 

¿Cómo funciona un jabón?

Una molécula de jabón tiene dos extremos con diferente afinidad; podríamos compararla con una pila, con un polo positivo y otro negativo.

En la siguiente figura se representa una molécula de jabón; el extremo más corto, con carga, tiene afinidad por el agua porque su polaridad es similar. El extremo azul, más lipofílico y sin carga, es afín a las grasas y rechaza al agua. Esta estructura del jabón hace que posea una afinidad doble hacia otras moléculas o estructuras.

<p>El jabón destruye al virus cuando las colas hidrófobas de las moléculas del jabón se adhieren a los lípidos de la membrana y la rompen. La mejor forma de evitar infectarse con el coronavirus, o con otros virus, es lavarse las manos con jabón, no tocarse la cara, favorecer el distanciamiento entre las personas y limpiar con regularidad las superficies de trabajo.</p>

<p>                                                                                                                        </p>

En una molécula de jabón, la cabeza interactúa con el agua, mientras que la cadena azul sin carga se mezcla con las grasas o aceites.

Por ello, el jabón tira por tierra aquella frase “el aceite y el agua, jamás podrán unirse” ya que disminuye la tensión superficial y crea un efecto de emulsificación que permite lograr una cuasi mezcla o emulsión.

Para el caso puntual del Coronavirus, higienizar las manos implica utilizar jabón con agua (nunca agua sola) -limpian debido a las afinidades diferentes de los extremos de las moléculas del jabón-. La suciedad grasa -bicapa lipídica del virus- no se elimina fácilmente utilizando únicamente agua, que la repele por ser insoluble en ella. Sin embargo, el jabón posee una cadena larga hidrocarbonada y sin carga que interactúa con la grasa, disolviéndola, mientras que la región con carga se orienta hacia el exterior, formando gotas. Esta gota de grasa se dispersa fácilmente en el agua y se dice que ha sido emulsionada por la solución jabonosa. De esta forma, en el proceso de lavado con un jabón, la grasa que conforma la capa del virus se elimina con el agua del lavado, y produce la inactivación del SARS- COV2 responsable de la COVID-19.

Fuentes: Revista digital de la Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM-  y  Departamento de Química de la Universidad de Burgos.

Comentarios