La industria inteligente ante el desafío de la cuarta revolución industrial

Industria 4.0
Industria 4.0

La industria 4.0 promueve la innovación en términos de digitalización y organización eficiente de los medios de producción, aspectos imprescindibles para el desarrollo económico.

La industria inteligente ante el desafío de la cuarta revolución industrial

En los últimos años el foco de atención digital estuvo en las redes sociales, apps para móviles y el marketing 2.0. Mientras tanto, la industria 4.0 y el business intelligence se asomaron tímidamente a los foros empresariales y mesas de emprendedores, frecuentemente tomadas por el modelo de negocio del coaching emocional, donde los mensajes de motivación y felicidad, suelen relegar a un segundo plano índices de competitividad, planes financieros, validación de modelos de negocio, desarrollo tecnológico o la importancia del análisis y gestión eficiente de la información para así transformarla en conocimiento.

El Índice de Competitividad Global

Publicado anualmente por el Foro Económico Mundial, mide aspectos relevantes de la economía incluyendo el entorno macroeconómico, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica y tamaño del mercado. En el informe 2015-2016, España se encontraba en el puesto 33º  con un índice de 4,59, ascendiendo dos puestos en el ranking. Una buena noticia, salvo por el hecho de que en el período 2007-2009 ocupábamos el 29º puesto y en el 2011 caímos al 42º puesto.

Mientras tanto, los países asiáticos más relevantes han experimentado notables desarrollos en sus economías y modelos productivos. Por ejemplo, a muchos les sorprenderá saber que China ha desbancado a Francia y ya es el segundo país en superficie de viñedo del mundo o que produce jamón serrano ibérico suficiente para satisfacer su demanda interna y, además, acometer el mercado internacional. Otro dato impactante es que en el 2014, China ya tenía más de 40 millones de olivos con los que elaborar nuestro “oro líquido”.

Como podemos apreciar nos encontramos bajo un nuevo orden económico y productivo, impensable hace una década. Ante el aumento de la presión competitiva, la transformación digital de las empresas es una necesidad que, lejos de paradigmas y prejuicios, es necesario abordar.

¿Qué es la Industria 4.0?

La industria inteligente o industria 4.0 está estrechamente vinculada a la innovación, la digitalización y la organización eficiente de los medios de producción. Su objetivo es lograr una mayor productividad conformando organizaciones capaces de adaptarse a las necesidades y a los procesos, llevando a cabo una asignación más eficaz de recursos.

En Alemania, al igual que en España, se llevan a cabo planes bajo el nombre de Industria 4.0. En EE.UU destacan programas como Smart Manufacturing Leadership Coalition (SMLC) en el que intervienen empresas como Alcoa, Arcelor Mittal, Corning, General Mills, MESA, Owens Corning o Praxai.

En la Fábrica Inteligente, gracias a la informatización, todos sus procesos se encuentran conectados e interactúan entre sí. El desafío reside en el desarrollo de software, sistemas de análisis masivo de datos y su almacenamiento, la incorporación de sensores y electrónica a los elementos que interactúan en los procesos productivos y en los productos derivados de ellos. Asimismo, cobra especial relevancia la parte humana, de interacción hombre-máquina y el análisis y disponibilidad de información enriquecida para una mejor y más acertada toma de decisiones.

Por tanto, nos encontramos ante un nuevo hito en el desarrollo industrial que, haciendo uso de internet y tecnologías punta, dará solución a muchas de las debilidades competitivas existentes en un contexto caracterizado por alta presión competitiva en los mercados.

Para occidente, la industria inteligente no es una opción, sino una imperiosa necesidad

¿Cuáles son los fundamentos de la Industria 4.0?

A través de la digitalización y el uso de plataformas conectadas, se consigue:

1. Implementación de los desarrollos más recientes de los sistemas de información y de comunicación, brindados por la llamada Revolución Informática y de las telecomunicaciones (o Revolución de Internet)

2. Desarrollo de cadenas de producción mejor intercomunicadas entre sí y con los mercados de oferta  demanda,

3. una capacidad de adaptación constante a la demanda,

4. conocer mejor al cliente y atenderle de forma más personalizada,

5. aportar un servicio post venta uno a uno con el cliente,

6. diseñar, producir y vender productos en menos tiempo,

7. añadir servicios a los productos físicos,

8. crear series de producción más cortas y rentables

9. posibilidad de aprovechar la información para generar simulaciones de procedimientos o de test

10. captar y gestionar la información desde múltiples canales (SCM, CRM, CMS, FCM, HRM, Help desk, redes sociales, IoT)  para analizarla y explotarla en tiempo real mediante herramientas de Business Intelligence.

El resultado es la interconexión y adaptabilidad, con mayor capacidad de respuesta ante las necesidades del mercado, aumento del rendimiento en los procesos y la capacidad para recopilar, analizar y convertir los datos de fábrica, clientes, mercado y competidores en información relevante para la toma de decisiones empresariales, generando notables ventajas competitivas.

En este aspecto, cabe destacar que las tecnologías no solo están al alcance de las empresas avanzadas, sino que, ajustadas a las necesidades de cada organización, suponen una inversión viable y amortizable.

Espero que este artículo os haya acercado, de la manera más amena posible, las bases de la industria 4.0, fundamental para la competitividad de occidente en el nuevo orden mundial que se avecina. ¿Estamos preparados para la industria inteligente?

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