Qué implica la aprobación del Congreso de EE UU al aumento de los cheques a 1.634 euros

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Un cheque del primer paquete de estímulo enviado por el Gobierno de Trump a los estadounidenses por valor de 1.200 dólares. / Político
Aún se requieren dos tercios del quórum del Senado para aprobar definitivamente el paquete de estímulo y que el Gobierno empiece a distribuir los cheques de 2.000 dólares a partir de este miércoles o jueves.
Qué implica la aprobación del Congreso de EE UU al aumento de los cheques a 1.634 euros

Un nuevo caudal de dólares se avecina en la mayor potencia mundial. A pesar de la profunda e histórica rivalidad entre las dos fuerzas políticas que controlan el monopolio del poder y de las decisiones en la mayor potencia mundial, la sensatez y la racionalidad han prevalecido por encima de las ideologías para dar el visto bueno a una medida que devolverá el bienestar socioeconómico, así sea de manera relativa, a los ciudadanos de un país que, aunque posee la economía más grande del mundo, no ha estado exento de caer en la recesión más grave de su historia desde la gran crisis financiera mundial de 2008, conocida como la Gran Recesión.

Después de poner en riesgo un nuevo y necesario paquete de rescate a la economía de Estados Unidos, el presidente saliente Donald Trump decidió firmar el proyecto de ley que permitirá inyectar una ingente cantidad de dinero en la sociedad y en las empresas del país para estimular el consumo, reconstruir empleos y hacer que la economía se mueva de forma vigorosa, rápida y dinámica tras el shock de la crisis del coronavirus. Pero no bastaba con eso, pues el Congreso debía analizar la exigencia de aumento de los pagos directos que planteó el jefe de la Casa Blanca.


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Y es que luego de esa nueva amenaza política de Trump, el documento firmado fue remitido a la Cámara Baja del Congreso de Estados Unidos, donde recibió la aprobación ese aumento en el monto de los cheques para pagos directos a individuos y negocios. Ya no recibirán 600, sino 2.000 dólares, una cifra que podría ayudar a millones de estadounidenses a pagar sus facturas, comprar alimentos y ahorrar un poco de dinero para futuros proyectos, así como será un respiro para que los pequeños negocios paguen sus deudas del alquiler y financien los salarios de sus empleados con los créditos que recibirán de la partida presupuestaria de 284.000 millones dólares que ha dispuesto el Congreso. 

¿Cómo se llegó a un aumento hasta 2.000 dólares?

Luego de que el mandatario republicano haya gastado todo su capital político y financiero de reserva en una batalla legal que lo llevó a un callejón sin salida por su deriva antidemocrática de pretender anular el resultado de las elecciones presidenciales, e incluso después de recibir críticas tanto de los republicanos como de los demócratas y el resto de la opinión pública, firmó el proyecto de ley, que contempla ayudas por valor de 900.000 millones de dólares. De esta forma, se evita un escenario que mantuvo en vilo a 14 millones de estadounidenses preocupados por un eventual cierre del Gobierno en caso de que Trump hubiera decidido bloquear el plan de rescate no firmándolo y vetando el proyecto de ley. Esa enorme masa laboral habría quedado en el limbo sin poder recibir sus prestaciones por desempleo ante la falta de fondos federales para financiar esos subsidios. Por fortuna, tal cosa no ocurrió. Algo de racionalidad prevaleció en la mente del presidente saliente. 

Como siempre, la ideología de los demócratas era partidaria de aumentar esos cheques de ayuda de 600 a 2.000 dólares, tal y como lo exigió Trump, quien calificó el paquete de rescate como una “vergüenza” y el monto de esos pagos como “ridículamente bajo”. El enfoque liberal de los demócratas sirvió de impulso para que, como dijo el presidente, vaya más dinero a las manos de los estadounidenses. Pero los republicanos, en medio de su sesgo conservador, rechazan el aumento por considerar que ese dinero público podría usarse para otros gastos federales esenciales. 

Cerca de la tarde-noche de este lunes 28 de diciembre, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprobó la propuesta de incremento como la reclamada por Trump con 275 votos a favor y 134 en contra (44 republicanos la apoyaron), pero debe ser refrendada en el Senado, de mayoría conservadora. Es así cómo ahora la decisión final de esta medida histórica, que podría aliviar las finanzas y mejorar las condiciones de vida de muchas familias estadounidenses golpeadas por la pandemia, queda en manos de los republicanos, un partido del cual algunos dirigentes y legisladores aún se mantienen desconectados de la realidad social de un Estados Unidos que va mucho más allá de la burocracia política y la clase media alta con amplio consumo. Ese segmento de la población que permanece latente; las minorías, los inmigrantes y las clase media baja blanca, clama esos cheques como mucho más que una ayuda, sino también como un salvavidas económico.

¿Qué sigue ahora?

Aunque el momento de mayor incertidumbre ha pasado, que era la esperada rúbrica de Trump sobre el papel, aún se mantiene la expectativa por lo que decidirá la mayoría del Senado, compuesta por republicanos que ya no comulgan con el presidente y no están de acuerdo con que se destine esa cantidad de dinero en subsidios a la población, tal vez por una evidente brecha social que sigue vigente desde hace décadas entre la sociedad civil y la clase política estadounidense (el establishment de Washington). Entonces, todavía hay mucho en juego: los subsidios por desempleo a los fondos para la distribución de las vacunas, la moratoria contra los desahucios y los créditos para las empresas ante la mayor crisis económica desde la Gran Recesión. 

Aún se requieren dos tercios del quórum del Senado para aprobar definitivamente el paquete de estímulo y que el Gobierno empiece a distribuir los cheques de 2.000 dólares a partir de este próximo miércoles o jueves, 30 o 31 de diciembre, respectivamente. Lo que Estados Unidos espera de sus representantes es la misma sensatez que han tenido tanto el presidente como la Cámara Baja del Congreso para entender que 600 dólares no son suficientes para los estándares de vida de una economía tan desarrollada y demandante como la norteamericana. @mundiario

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