Galimatías electoral en Argentina

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Un colegio electoral.

Frente a los próximos comicios electorales presidenciales, la construcción de alianzas desnudó más dudas que certezas.

Galimatías electoral en Argentina

Esta semana se definieron las alianzas electorales con algunos movimientos que patearon el tablero político argentino, tornándolo impredecible para todos. Hace algunos días, Cristina Fernández había sorprendido a propios y extraños anunciando –como candidata a la vicepresidencia– a su compañero de fórmula, Alberto Fernández. Si, el vicepresidente anunciando al presidente, situaciones exóticas que solo suceden en Argentina. Acto seguido, Mauricio Macri anunció a su vice generando un verdadero cimbronazo en las filas del peronismo tradicional con Miguel Ángel Pichetto. Sin dudas que estos casos son los casos más resonantes de cara a las elecciones de agosto y octubre.

El escenario develó el pragmatismo en las alianzas, uniones que no son meramente estratégicas sino que tienen el horizonte puesto en la gobernabilidad. En tiempos pendulares, entre las dos alternativas de gobierno de los últimos quince años en la Argentina (Pro y kirchnerismo), habrá que ver cuanto aportan en materia de votos las llegadas de Alberto Fernández al Frente de Todos o Miguel Ángel Pichetto a Juntos por el Cambio. Algunos aseguran que poco, otros piensan lo contrario: nadie puede asegurar nada.

La llegada de cada uno de ellos, viejos conocedores de la arena política argentina, desnuda una fuerte autocrítica de los dos espacios mas fuertes de la actualidad nacional. Ambos políticos fueron muy críticos de los espacios a los que arriban, lo cual exhibe cierto reconocimiento de errores no forzados por parte de los dos actores dominantes, el presidente Mauricio Macri y la ex presidente, Cristina Fernández de Kirchner con su espacio que lidera. Panquequismo dirán algunos, republicanismo otros. 

La llegada de Fernández primero y Pichetto después han pateado el tablero de la comunicación política en cuanto a su poco carisma en la opinión pública, por más que salgan a pasear a sus perros por la plaza o desfilen en los programas televisivos esbozando una poco creíble sonrisa ante los flashes. Nadie duda de sus destrezas como operadores políticos: uno, en sus años al frente del Poder Ejecutivo con Nestor Kirchner, el otro, quizás el más astuto de los políticos argentinos a la hora de tejer alianzas estratégicas en el Congreso. Habrá que ver si esas habilidades políticas traccionan en materia de votos.

La selección de Pichetto como compañero de formula del presidente Macri es una jugada arriesgada y polémica pero muy interesante en términos parlamentarios, por la audacia del peronista en esas aguas y por su llegada con los principales dirigentes del peronismo federal.

Asimismo, la alianza de Sergio Massa con el kirchnerismo despoja todo intento de fomentar esa “ancha avenida del medio” que el oriundo de San Martín pregonaba. Mas bien se redujo a una de esas bicisendas que abundan en la Ciudad de Buenos Aires, tal como decían algunos en twitter. Habrá que ver que le depara el horizonte al ex Intendente de Tigre: si le darán sus PASO como presidente o lo dejarán encabezando la lista de diputados en Buenos Aires.

Como sea, también este cierre de alianzas demuestra un dato de color en uno de los partidos mas tradicionales de la historia argentina: la Unión Cívica Radical. Esta será la primera vez que no habrá ningún dirigente radical integrando alguna fórmula presidencial desde el año 1983. El histórico partido de Alvear e Yrigoyen todavía no encuentra un espacio propicio para reformularse en su unicidad, pese a su actual coqueteo y comprensible afinidad con el Gobierno.

Otro dato interesante e histórico es la alianza de casi todas las fuerzas de izquierda en un frente más amplio que lo habitual. Nicolas del Caño (PTS) y Romina del Plá (PO) será la formula que aglutine al 90% de las agrupaciones de izquierda del país. También será la única alianza que no contará con ningún peronista en sus filas.

Hay una variable optimista hacia la sociedad que desnudan todas las fórmulas presidenciales (al menos las más relevantes) y es la comprensión de que no se podrá gobernar sin consenso y diálogo. Cuatro años atrás habría sido impensado que Mauricio Macri amplie su espacio con un peronista como Pichetto y también habría sido imposible que el kirchnerismo permitiera a Alberto Fernández en sus filas. Hoy, la política argentina se encuentra frente a un desafío que exige a nuestros representantes el mayor compromiso republicano para continuar las cosas que este Gobierno ha hecho bien y extirpar aquellos males que vienen de antaño y que deben quitarse de una buena vez. @mundiario

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