¿Fraude en la Constituyente?: 3 claves que respaldan la acusación opositora

Lideres opositores en el Parlamento Nacional. / RTVE.es
Lideres opositores en el Parlamento Nacional. / RTVE.es

Sobre la Asamblea Nacional Costituyente aprobada por Maduro el pasado domingo hay más dudas que certezas. El chavismo celebra, mientras la oposición y la comunidad internacional han dicho que se trata del fraude más grande de la historia de Latinoamérica. 

¿Fraude en la Constituyente?: 3 claves que respaldan la acusación opositora

Ha pasado casi una semana desde que Maduro consolidó su estacada final a la democracia venezolana e impuso, a costa del mundo, su Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), con Tibisay Lucena al frente, más de 8 millones de venezolanos votaron el pasado domingo a favor de la medida adoptada por el mandatario, mientras la oposición y la comunidad internacional han asegurado que se ha tratado del fraude más grande de la historia de Latinoamérica.

Veamos 3 claves importantes que podrían sustentar la teoría de la oposición sobre una elección fraudulenta:

1. Ilegal desde su origen

Desde antes de los comicios, la oposición venezolana, congregada en la Mesa de la Unidad Nacional (MUD), había declarado la inconstitucionalidad de la Constituyente de Maduro, ya que desobedecía descaradamente la Constitución que promulgó el fallecido Hugo Chávez en 1999 y donde están asentadas las leyes que rigen al país.

Para empezar, la Carta Marga reza en su artículo número 62, que las elecciones deben ser “libres, universales, directas y secretas”, pero el Tribunal Supremo de Justicia sustrajo esta cláusula para las elecciones de la ANC, y en lugar de un voto “universal”, hubo voto “sectorial y territorial".

A esto hay que sumarle, además, el hecho de que si bien es cierto que el presidente tiene la facultad de convocar una ANC, también está establecido que esta iniciativa solo podría proceder luego ser aprobada por el pueblo en un referendo abierto. Cosa que tampoco ocurrió, porque según Maduro, era innecesario. "No debimos estar celebrando la elección de los constituyentistas, sino la convocatoria del pueblo venezolano con una pregunta muy sencilla: ¿Está usted de acuerdo o no con la ANC?", sentenció en una rueda de prensa el rector de CNE, Luis Emilio Rondón, que representa a la oposición en el organismo.

 

2. Elección y resultados “amañados”

El chavismo celebra haber obtenido 8.089.320 votos en las elecciones, mientras los representantes de la oposición han asegurado que la cifra no alcanza ni los 3 millones de votantes o el 15% del total del padrote electoral necesario para poder solicitar una Constituyente, según está establecido en el artículo 348 de la Constitución.

Además, la MUD ha denunciado que el pasado domingo la gente podía votar más de una vez, acción que no parecería descabellada, sobre todo si se toma en cuenta que –violando una vez más la constitución- se instaló un sistema paralelo al CNE, que con el famoso Carnet de la Patria ponía al descubierto a los votantes, con la intención de medir o controlar la fidelidad de los adeptos chavistas.

Otra novedad en el proceso fue que por primera vez en la historia, no se utilizó la tinta indeleble para marcar la piel, lo que hasta ahora había funcionado como una especie de prueba que evitaba que los ciudadanos votaran múltiples veces. Lucena justificó esta falta escudándose en la premisa de que la autenticación biométrica con la que están codificadas las máquinas del CNE, era un requisito “más que suficiente” para la garantía de los procesos electorales. Así mismo, se hizo público que millones de empleados del gobierno fueron obligados a participar en las elecciones bajo la amenaza de perder su empleo y que incluso algunos, fueron trasladados hasta los centros de votación custodiados por la Guardia Nacional.  

Y otro dato curioso es que, hasta el día de hoy, con los constituyentistas ya instalados en el Parlamento, el CNE todavía no ha publicado los resultados finales de participación, ni las actas de escrutinio con el total de los votos de cada mesa o la naturalización de votos obtenidos por cada candidato. En la web oficial del ente electoral solo hay dos boletines: uno que incluye el informe formal entregado a Maduro y otro, con los nombres de los postulantes que resultaron electos. Pero, ¿y los números?

 

3. Smartmatic

Como si lo anterior no fuera suficiente para creer que hubo fraude en las elecciones, el testimonio de Antonio Mugica, presidente Smartmatic, la empresa que proporciona la tecnología electoral al país, apareció esta semana para acrecentar la crisis política. Mugica, denunció que existe una diferencia de por lo menos un millón de votos entre los resultados electorales ofrecidos por las autoridades del Consejo Nacional Electoral y los arrojados por el sistema de su compañía por lo que no puede garantizar los resultados de la constituyente. “Creemos que la data para la elección fue manipulada”, sentenció Mugica desde Londres. Estas contundentes revelaciones llegaron luego de que la compañía tecnológica solicitara permisos –los cuales fueron negados- para analizar la data recibida en la sala de totalización, ya que según comentan la cifra de 8.089.320 votos les pareció “muy sospechosa”.

Medios venezolanos informaron que esta conclusión fue el resultado de horas de análisis de los escenarios que enfrentaría la compañía si “se quedaban callados, ante los indicios de irregularidades en la votación de la Constituyente”. Por supuesto, estaba en riesgo su prestigio internacional, pues Smartmatic tiene su sede central en Londres y tiene oficinas también en Estados Unidos, Panamá, Brasil, Barbados, Reino Unido, Países Bajos, Filipinas y Taiwán.

Por su parte, Tibisay Lucena, tachó de irresponsable el señalamiento y relacionó las denuncias de la compañía de tecnología electoral con las sanciones establecidas por Estados Unidos a Maduro.

A todo esto también sería interesante agregar que, curiosamente en el Plebiscito celebrado por la oposición el pasado mes de julio, se obtuvieron solo 7.5 millones de votos, aun cuando en la elección popular podía participar cualquier persona mayor de 18 años, aunque no estuviese inscrita en el Consejo Nacional Electoral.

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