Faltan altas dosis de transparencia y de rendición de cuentas sobre la fusión de Bankia y Caixabank

Caixabank y Bankia, las entidades fusionadas. / RR SS
Caixabank y Bankia, las entidades fusionadas. / RR SS
En torno a la fusión Bankia y CaixaBank, solo una persona creía, desde hacía tiempo, en esta operación: Isidro Fainé, de Caixabank. Los demás fueron a remolque de dicho sueño y posibilidad.
Faltan altas dosis de transparencia y de rendición de cuentas sobre la fusión de Bankia y Caixabank

¿A qué se debe la fusión de las dos entidades financieras Bankia y CaixaBank? Recogiendo los razonamientos expuestos por los dirigentes de ambas entidades sobresalen tres de ellos.

El primero, la fusión se podría deber al previsible escenario prolongado de una situación con bajos tipos de interés, que exigiría alcanzar un tamaño crítico para encajar eficientemente las diversas opciones de supervivencia. El segundo razonamiento se fundamenta en la necesidad de conformar una entidad con grandes recursos, para formar parte de los llamados gigantes de la actividad financiera, con el objetivo no solo de resistir mejor a los próximos reajustes, sino para afrontar una competencia más frenética en el ámbito de las nuevas finanzas. Y la tercera respuesta nos lleva a incluir la posibilidad de garantizar el reparto de dividendos a los accionistas en las nuevas condiciones de incertidumbre sectorial y de máxima competencia.

Las noticias procedentes de las partes integrantes de la negociación, esto es, de los dos bancos, no aclaran la prevalencia de los tres supuestos, sino que los combinan en todas sus respuestas y comunicados.

¿Se abonarán al FROB los préstamos concedidos?

Pero si uno se detiene en el análisis del marco general emergen nuevos interrogantes. De una parte, es necesario preguntarse cuál va a ser el rol que ejercerá el Estado, que será propietario del 16% del capital fusionado. En base a esa circunstancia, se pueden efectuar todo tipo de elucubraciones. Desde ejercer una “acción de oro” hasta exigir que los primeros beneficios sean para abonar al FROB los préstamos concedidos en la crisis del 2008. O, quizás situar como objetivos prioritarios aquellos concernientes a defender y apoyar los procesos de transición gubernamental y europea referidos a  la digitalización, cambio climático o reducción de la exclusión social.

Si, por el contrario, se entra a valorar el acto de fusión en términos estrictamente técnicos, la vista nos lleva a analizar los futuros ratios de solvencia y, sobre todo, sobre los repartos de dividendo a los accionistas. El debate sobre el cuándo y el cuánto no dejan de estar presentes en todas las informaciones suministradas y relacionadas con la fusión. O sea, estamos ante una clara decisión empresarial y de oportunidades de negocio.

Isidro Fainé, presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros.

Isidro Fainé. / Mundiario

El factor humano

Nos queda un último apunte sobre la fusión. ¿Cuál fue y es el peso de las personas? A tenor de los análisis publicados en los medios económicos y financieros, todos apuntan a que solo una persona creía, desde hacía tiempo, en esta fusión: Isidro Fainé, de Caixabank. Los demás fueron a remolque de dicho sueño y posibilidad. Si fuera cierto, cuestión que no dudo, porque no lo sé, se podría estar hablando de una fusión a la defensiva. Esto es, ganaría la opción de enfocar la fusión en la perspectiva de tratar de aminorar los efectos de una segunda ola crítica y de lograr un tamaño fiable para llevar a cabo la actualización tecnológica de esta nueva era en la que estamos inmersos.

Demasiados interrogantes en torno a una fusión, lo que prueba que todavía faltan altas dosis de transparencia y de rendición de cuentas. @mundiario

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