Fallece el expresidente golpista de Guatemala, Efraín Ríos Montt

Efraín Ríos Montt a la salida de una sala de tribunales. / Twitter-Prensa Libre.
Efraín Ríos Montt a la salida de una sala de tribunales. / Twitter-Prensa Libre.

El militar retirado había sido condenado a prisión por genocidio pero ha muerto sin haber llegado a iniciar su condena.

Fallece el expresidente golpista de Guatemala, Efraín Ríos Montt

El exjefe de Estado de Guatemala, José Efraín Ríos Montt, ha muerto este domingo 1 de abril, según ha comunicado el abogado de su familia, Luis Rosales. De acuerdo al defensor legal de este controvertido clan, Ríos Montt falleció "en su hogar, con el amor de su familia, son su conciencia sana, limpia, rodeado de mucho amor, aquejado por las dolencias que sabemos". Rosales comunicó del deceso a las autoridades judiciales del país. Se apaga así la vida de una de las figuras de culto de este pequeño país centroamericano.

Ríos Montt, quien contaba con 91 años de edad al momento de su muerte, fue presidente de Guatemala del 23 de marzo de 1982 al 8 de agosto de 1983. Llegó al poder mediante un golpe de Estado dado a Fernando Romeo Lucas García pero fue derrocado posteriormente por Óscar Mejía Víctores. Pese a que su mandao duró apenas 17 meses, este general retirado del Ejército grabó su nombre en la historia ya no solo de su país sino de Latinoamérica por haber sido uno de los más sanguinarios de finales del siglo pasado. En torno a él giraron los satélites de la política guatemalteca, de la que fue protagonista con luces incluso en los primeros años de la década anterior.

El FRG

El exoficial jamás ocultó su sed de poder y para ello se valió de todos los recursos posibles, incluso los anticonstitucionales. En 1995 obtuvo un asiento en el Organismo Legislativo al frente de su partido, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que pasó a ser uno de los principales opositores al conservador Partido de Avanzada Nacional (PAN). Cuatro años después, su candidato, Alfonso Portillo Cabrera, ganó las elecciones presidenciales y el militar había logrado colocar a su testaferro político justo donde quería.

Obsesionado con su propia figura, pues en una entrevista a Prensa Libre, el principal medio escrito del país, llegó a describirse a sí mismo como una iglesia autosuficiente, Ríos Montt se propuso a sí mismo como candidato a la presidencia en 2003. Aquello lo hizo pese a que la Constitución guatemalteca prohíbe la reelección del jefe del Ejecutivo. La misma Corte de Constitucionalidad aprobó tremendo disparate en un fallo histórico el 31 de julio de aquel año. A la larga, terminaría en tercer lugar con un total de 518.464 votos (19%), detrás de Álvaro Colom y Óscar Berger, díscolo del PAN y que terminaría haciéndose con las oficinas del Palacio Nacional.

Juicio por genocidio

En el ocaso de su vida, y con su carrera política prácticamente finalizada, el exmilitar fue acusado formalmente de genocidio en 2012. Aquello dio inicio a uno de los mayores procesos judiciales en la historia de Guatemala, el cual desembocó con la condena oficial el 10 de mayo de 2013, cuando el Tribunal de Mayor Riesgo A lo sentenció a 80 años de cárcel por los delitos de genocidio y deberes contra la humanidad, recuerda el rotativo local Prensa Libre. Aquello le convirtió en el primer otrora líder latinoamericano en tener que purgar condena por aquellos delitos.

No obstante, el golpista ha muerto sin haber llegado nunca a estar tras las rejas. Desde los momentos finales de su juicio empezó a padecer problemas de salud, los cuales fueron acusados por sus detractores de ser mera puesta en escena, tal y como tanto le gustaba. Así, muere impune una de las grandes figuras de culto de Guatemala, un hombre que con sus apellidos divide a una sociedad que debatió en torno a él durante años.

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