Un éxito de Abel Caballero que salta a la vista

Luces en Vigo. / @EstherMinator99
Luces en Vigo. / @EstherMinator99

El sector turístico, agencias de viajes, hostelería, restauración, etc, está sacando provecho al fenómeno viral en que se ha convertido la Navidad viguesa.

Un éxito de Abel Caballero que salta a la vista

No hacen falta encuestas, es evidente. Crece día a día el porcentaje de vigueses que no le encuentran ni pizca de gracia a las habituales payasadas de su alcalde y sin embargo le reconocen el mérito de haber situado a Vigo en el mapamundi de las celebraciones navideñas. Incluso destacados personajes de la vida local abiertamente "anticaballeristas" asumen que esta vez acertó de pleno porque la ciudad es noticia a nivel nacional y en medio mundo. Y lo es por algo positivo que solo alguien como Abel Caballero, sobrado y sin complejos, un "iluminado", se atrevería a plantear, aunque solo fuera por lo que tiene de gasto dificilmente justificable para un ayuntamiento que racanea en políticas sociales a pesar del riesgo de exclusión en que malviven muchos de sus conciudadanos.

El sector turístico, agencias de viajes, hostelería, restauración, etc, está sacando provecho al fenómeno viral en que se ha convertido la Navidad viguesa desde que Caballero anunciara, en pleno mes de setiembre, que Vigo iba a contar este año con un despligue de luces que haría palidecer de envidia a Nueva York, Londres, París, Berlín o Tokio. Son miles los visitantes del resto de Galicia y de toda España que se acercan a la capital de las Rías Baixas -y eso que aún faltan semanas para Nochebuena- picados por la curiosidad de ver de cerca el espectacular alumbrado y los adornos que engalanan el centro urbano. Yese movimiento es dinero contante y sonante, que agradece y mucho en temporada baja.

La expectación, que ya era grande hace un par de meses, se ha desbordado gracias a los millones de reproducciones del vídeo que recoge la intervención bilingüe del alcalde en el acto de encendido y a los innumerables "memes" a los dio lugar y a cuya difusión contribuyen también quienes quieren hacer escarnio de lo que para ellos es la enésima bufonada de Don Abel. Hace tiempo que la popularidad del regidor tocó techo; de no ser así, tras este episodio ya no podría serle indiferente a ninguno de sus administrados, cuya capacidad de asombro, para bien o para mal, no da más de sí. Puede que ya le resulte imposible superarse como "showman": no le queda apenas margen para un mayor histrionismo.

Dicen que Caballero no cabe en sí de satisfacción por las impresiones que le transmiten gentes que casi nunca le ríen las gracias, que se muestran sorprendidas por el éxito de la campaña de Navidad del ayuntamiento vigués sin siquiera echarle en cara los varios cientos de miles de euros que cuesta la broma. Al alcalde, a decir de algunos, le sorprende sin embargo que la oposición municipal no haya encontrado argumentos mínimamente contundentes para criticar el alumbrado navideño. Ni siquiera le disgusta que en algún caso se limite a descalificaciones genéricas que en su opinión no comparten la gente de a pie que, salvo sorpresa, en las próximas elecciones municipales volverá a renovar su confianza en quien les gobierna desde hace once años. Está visto que los votantes vigueses no necesitan millones de lámparas led para verlo claro. @GaliciaMundiari

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