La estatua del gran artista Tino Casal pone a sus fans en pie de guerra

Real y Ficción
Tino Casal: realidad y ficción.

La estatua homenaje a Tino Casal ha provocado la estupefacción y la indignación de sus seguidores por la inexplicable representación que no respeta ni el empaque, ni el parecido, ni la edad, ni el glamour de la gran estrella.

La estatua del gran artista Tino Casal pone a sus fans en pie de guerra

Estos días, las autoridades ovetenses inaguraban la estatua dedicada al cantante José Celestino Casal Álvarez, más conocido como Tino Casal. Y es que desde hace unos años, los seguidores se habían movilizado para que su ciudad,  Oviedo, de la que era hijo adoptivo, dedicara un espacio meritorio al reconocimiento de este artista singular de prodigiosa voz, glamour e intensa personalidad.

La plataforma se denominó 'Pro Estatua Tino Casal', que orquestó una campaña crowfunding que consiguió recaudar los 20.000 euros entre particulares, instituciones y la colaboración altruista de músicos.

Pero los fans no salieron de su asombro cuando expectantes, después de tanto tiempo, por fin, contemplaban la estatua dedicada al gran artista.

Momentos previos

La estatua de Tino Casal en Oviedo antes de ser descubierta.

Impacto ante la estatua de Tino Casal

La figura se ha situado en la calle Palacio Valdés de la capital asturiana y aparece con guantes y sombrero de aire vaquero.  La estatua es de tamaño natural  y el artista aparece a pie de calle, sin peana alguna.

El gran dolor y decepción de todos los que participaron en el proyecto, cuando quitaron la tela que ocultaba la figura,  fue más que manifiesta. Al principio, algo impactados, no hacían declaraciones. Una estatua de nulo parecido con el artista, y en la que los valores estéticos brillan por su ausencia, cuando Casal era un hombre de extraordinario atractivo, que murió a los 41 años.

La escultura tampoco trasluce ni pizca de su glamour, ni parecido físico, ni su característico empaque. Una extraña figura como consumida, delgada y envejecida, que en absoluto recuerda al estiloso cantante y que un observador relacionó con un Ecce Homo y otros con un cowboy enfermo. Hay falta de organicidad en la postura de la mano que posa en la cintura y la mano que se toca la cara es un poco inexplicable... Su revestimiento con el guante semeja una mano avejentada, delgada y casi cadavérica.  A pesar de llevar sombrero, en la escultura parece más bajito   que el propio artista que no sólo tenía una gran envergadura, sino que la potenciaba con unas descomunales hombreras.  

En relación a los rasgos de la cara, en el perfil puede rastrearse, siendo muy benévolos, cierto parecido. Pero de frente, desde luego, es irreconocible. Los ojos con gigantescas ojeras y pupilas destacadas le hacen parecer una especie de zombi, los surcos nasogénicos de un septuagenario y las cejas de hilo cual miss de los 70. La pose, según algunos, es "como si tuviera artrosis".

Los participantes se sienten defraudados y sienten que ha habido discordancias entre la organización, que no consultó el proyecto como debería, y que más que un homenaje es un atentado al cantante, un artista que pese a tener probablemente la mejor voz y afinación de la década, primaba extraordinariamente su imagen, y al que hubiera horrorizado esa representación. Están buscando soluciones, pero va a ser complicado porque erigir esta estatua costó mucho esfuerzo.

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Imágenes de la estatua de Tino Casal en Oviedo. / Mundiario

Tino Casal, un referente

El movimiento cultural de la movida tuvo dos focos. Madrid y Galicia. Tino Casal y el grupo Los Ilegales, aún en exitoso activo, serían sus dos únicas aportaciones asturianas de relieve.

Tino Casal (Asturias 1950- Madrid 1991) fue un cantante que no se parecía a ninguno, ni ningún otro se le ha parecido después. Pocos saben que antes de ser un icono de la movida, fue en los años 60 fue vocalista de un grupo que sería el primero que incorporó las gaitas al pop llamado Los Archiduques. Tal vez por ello, la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo fue una de los colaboradores del proyecto homenaje a Casal.

De este grupo y su estancia en Inglaterra, Tino Casal se reinventó de forma glamourosa y se convirtió en el rey del glam de la movida. Una mezcla genial de transgresión, glam y nuevo romanticismo que lograba que en él todos los excesos posibles: leopardos, cueros, lentejuelas, dorados, anillos y joyas, que en otro hubieran sido grotescos, en él transmutaban en una solemne majestuosidad. Un grandioso estilo que iba aparejado de unas interpretaciones geniales que le llevó a las listas de éxitos y a una serie de trabajos discográficos, que a día de hoy, se consideran de los mejores de la  movida en particular y de la segunda mitad del siglo XX. en conjunto. Su carrera quedó malograda por una muerte accidental cuando apenas tenía 41 años.

 El autor

En principio nada parecía presagiar el desastre. El autor es AnseImo glesias Poli, de taller y trayectoria reconocida. Nadie se explica este bluff porque este escultor recientemente hizo una estatua en la villa de Moguer dedicada Alonso Niño, uno de los armadores que patrocinaron el Descubrimiento, con una ejecución notable.

También asturiano estaba muy familiarizados con la figura del artista, y la prueba en moldes hubiera debido dejar traslucir el fracaso en el diseño. Por otro lado, Oviedo en las últimas décadas, ha inundado la ciudad -salvo contadas excepciones- con estatuas la mayoría inexpresivas y de nula calidad, por lo que la de Casal pasará desapercibida y será una más. Salvo que lean la inscripción, no se reconocerá al homenajeado.

Aún así, algunos fans intentan poner al mal tiempo buena cara y sacan fuerzas de flaqueza y se consuelan con un “lo importante es que se le recuerda” y otros más pragmáticos con un “al ser tan fea hemos conseguido la polémica y que se hable más de ella”.

Curiosamente, en un vídeo promocional sobre la ejecución de la figura, el escultor afirmaban "Lo difícil será el parecido y el aire”. Declaraciones premonitorias. Juzguen ustedes. @mundiario

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