España prepara una gran fiesta sin haberse recuperado de la crisis de 2008

Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (Podemos), entre otros líderes de ambos partidos. / TW
Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (Podemos), entre otros líderes de ambos partidos. / TW
Cada día da más pereza escribir sobre política pues aunque suceden diariamente cosas merecedoras de comentarios, es imposible decir algo que no se haya dicho ya de forma repetitiva.
España prepara una gran fiesta sin haberse recuperado de la crisis de 2008

España estuvo siempre rota por luchas sociales de clase, por ansias autonómicas, por el sistema político o la economía, la España industrial y la agrícola, hoy llamada turística. No en vano en los 120 años anteriores a 1936 hubo más de 50 golpes militares  o pronunciamientos  y en los 100 anteriores a esa fecha sufrimos cuatro guerras civiles. Cuarenta años de paz en dictadura y otros cuarenta en democracia nos han hecho olvidar las lecciones que nos llevaron en 1977 a lograr un consenso que abarcó desde el comunismo de Carrillo a los conservadores de Fraga mientras arrasó para siempre a la Falange, la extrema derecha de Fuerza Nueva y al anarquismo.

Durante un tiempo la España de los bloques, la de siempre y ahora restituida, parecía rota al haber resurgido una fuerza de centro que al igual que la UCD de Suárez buscaba consensos, pero circunstancias bien manejadas por la izquierda y ciertos aires independentistas junto errores de comunicación y a una cruel ley electoral, cortó esa ilusión  dejando a Ciudadanos con 10 escaños cuando por votos le hubiesen correspondido no menos de 30 y todo habría sido diferente, algo parecido a lo que le sucedió a Más Madrid que también necesitó más de 160.000 votos por cada escaño obtenido. 

Problemas no faltan en este país donde algunos sobresalen por su gravedad. Uno es el déficit crónico que nos arrastra a una Deuda Pública que nos deja sin capacidad de reacción frente a nuevos imponderables. Nadie imagina que en un hogar donde los ingresos no llegasen para acabar el mes y sus miembros estuviesen endeudados hasta las cejas, se pusiesen a gastar porque suponen que el futuro les sonríe e incrementasen el endeudamiento de forma irresponsable para ser felices un tiempo hasta que llegue la catástrofe. España es ese hogar y los españoles sus moradores. Si ahora sobreviene una crisis como la de 2008, o simplemente suben un poco los tipos de interés, no tendríamos la capacidad de endeudamiento porque la Deuda que era el 34% del PIB es ahora del 100%, con lo que el resultado sería devastador para la gente más indefensa, ¿nadie se da cuenta? ¿Queremos correr el riesgo  de pasar por lo que pasó la Grecia de Syriza? Por alguna extraña razón, alimentada de populismo, resolver esa situación no parece ser una prioridad como tampoco lo es eliminar el 14% de paro. Dice el Gobierno que el déficit de la Seguridad Social se resuelve con 8 millones de inmigrantes aunque resulta difícil comprender porqué habrá trabajo para ellos y no para los 3 millones de trabajadores españoles parados actualmente. Ojalá estuviésemos en ese caso tan alemán, francés, inglés o americano de tener déficit de trabajadores pero desgraciadamente no es nuestro caso. Asuntos graves son también un pacto de las pensiones que las haga sostenibles, el de la enseñanza que tiene la misma pretensión, modificar la injusta Ley Electoral  para el Congreso o dejar de meter la mano en el Poder Judicial y en los medios públicos de comunicación, hoy ya vergonzantes. Solo se habla de lo que es más fácil entender como la polémica de los toros o esa del PIN Parental, no tanto por los postulados de Vox apoyados por el PP, como por los argumentos de la ministra Celaá sobre la propiedad de los hijos.

Si de lo que se trata es de que hablen de uno todos los días aunque sea mal, de tener visibilidad, no cabe duda de que Sánchez, Iglesias, Irene Montero, Puigdemont, Rufián, y algún otro, compiten dignamente con el Real Madrid o el Barcelona. Somos un país líder de proclamas y a la cola en soluciones creíbles y duraderas y quizás por eso somos cada vez más los que depositamos nuestra confianza en que la UE nos fuerce a unos Presupuestos Generales sensatos y que las sanciones que nos impongan por incumplirlos sean moderadas, porque con las las decisiones que se están tomando se incumplirán, claro que lo más probable es que el Gobierno de Sánchez no se atreva con esa tarea que requiere muchos apoyos de partidos que esperan como único fin poner precio a su voto porque ya han anunciado que la gobernabilidad de España no está entre sus objetivos, y acabemos con los viejos presupuestos de Montoro un año más.

El PSOE siempre necesitó los escaños de Andalucía para sus éxitos así como Ciudadanos necesita los de Cataluña o el PP los de Galicia y León , y todos los de Madrid, el lugar que no es de nadie porque es de todos. Lo malo es que la España de bloques tiene demasiados ladrillos y quizás no haya cemento para todos.  @mundiario

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