¿Es el Concierto para piano nº 3 de Rachmaninov una de las obras más difíciles del mundo?

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Simon Trpceski / Bruselas 2018, MIA.

El concierto para piano nº 3 en Re Menor, op. 30 de Sergei Rachmaninov, es famoso por su exigencia musical y técnica, para el intérprete. Muchos reconocen que es quizás el Concierto para Piano más difícil de su repertorio.

¿Es el Concierto para piano nº 3 de Rachmaninov una de las obras más difíciles del mundo?

El pianista macedonio Simon Trpceski interpretará el Concierto con la OSG en A Coruña el 15 de Marzo del 2019 en el Palacio de la Opera, una magnífica oportunidad para deleitarnos con la excelencia y la magistralidad de uno de los pianistas jóvenes y talentosos (39años) más ovacionados del momento.

Sergei Rachmaninov fue uno de los compositores y pianistas rusos más famosos de fines del siglo XIX y mediados del XX. Sus manos podían alcanzar lo que en el piano se llama una treceava, que es el espacio de trece teclas blancas del piano, entre el dedo meñique y el pulgar, aproximadamente 30 centímetros, teniendo en cuenta que muchas personas no pueden tocar ni siquiera una octava.
El Concierto tiene la estructura estándar en tres movimientos:

Allegro ma non tanto

Intermezzo: Adagio

Finale: Alla breve

Compuesto en la quietud de su hacienda familiar, Rachmaninov lo completó el 23 de septiembre de 1909. El compositor se proponía utilizarlo como una pieza para exhibir su talento como intérprete. El concierto es muy respetado e incluso temido por muchos pianistas, Józef Hofmann, a quien está dedicado, nunca probó interpretarlo, argumentando que “no era” para él.

Por las restricciones de tiempo, Rachmaninov no pudo practicar la obra mientras estaba en  Rusia, y lo hizo en un piano mudo que llevó con él a su viaje a los Estados Unidos.

El concierto fue estrenado el 28 de noviembre de 1909 por la Sociedad sinfónica de Nueva York, bajo la batuta de Walter Damrosch y el compositor como intérprete al piano. La siguiente representación la dirigió Gustav Mahler pocas semanas después, siendo una excelente experiencia para el compositor. Fue editado por primera vez en 1910 por Gutheil. La duración aproximada del concierto es de 45 minutos, mucho más que la duración habitual de 20 ó 30 minutos.

Sirvió de inspiración para la película Shine (1996), que narraba la vida del pianista australiano David Helfgott.

Es uno de los conciertos más populares y grabados del repertorio. Los críticos suelen destacar las versiones de Vladimir Horowitz, Earl Wild , Marta Argerich, Van Cliburn y Evgeny Kissin. @mundiario


 

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