Errática y contradictoria estrategia del Ayuntamiento coruñés ante la Autoridad Portuaria

Puerto de A Coruña. / Mundiario
Puerto de A Coruña. / Mundiario
Lejos de enderezar la caótica gestión del Puerto de A Coruña, en cuyo consejo están representados, los socialistas coruñeses están convirtiéndose en cómplices de un fracaso largamente anunciado. Las consecuencias económicas y políticas están a la vuelta de la esquina. / Editorial
Errática y contradictoria estrategia del Ayuntamiento coruñés ante la Autoridad Portuaria

El PSOE coruñés y el Ayuntamiento que gobierna están entrando en un doble juego, anticipo de una gran contradicción. O, o si se quiere, convirtiéndose en víctimas del denominado síndrome de Estocolmo. Por un lado, los socialistas exigen a la empresa multinacional Alcoa que mantenga su actividad, en la medida que ha recibido subvenciones y un trato diferenciador positivo a lo largo de los últimos años al considerarla estratégica en el entramado industrial. Pero, por otra parte, no exigen nada a otra empresa ubicada en el área territorial, la Autoridad Portuaria, que lleva años perdiendo cuota de mercado y aislando al entorno empresarial coruñés de una conectividad con los mercados internacionales. A la primera, se le amenaza con reclamarle las ayudas recibidas, y a la segunda, de cuyo consejo de administración forma parte el propio Ayuntamiento de A Coruña se le defiende para condonarle una abultada deuda, fruto de su mala gestión y deficiente estrategia.

Dicho doble rasero es todavía más imperdonable cuando sobre la primera, Alcoa, se busca el apoyo del Gobierno de España para que presione a la empresa privada y, al mismo tiempo, propugne un nuevo tratamiento discriminador positivo a través de estatutos de empresas electro-intensivas. Y, sobre la segunda, en referencia a la Autoridad Portuaria, las exigencias que demanda el Ayuntamiento de A Coruña es hacer tabla rasa de las deudas contraídas por una mala gestión llevada a cabo en los últimos diez años. Imaginemos dicho razonamiento aplicado, ahora en la etapa post-Covid-19, con el resto de las empresas del entorno coruñés en situación de elevada incertidumbre: habría que dedicar todo el presupuesto del ayuntamiento y mucho más a subvencionar a todas las empresas localizadas en el término del área metropolitana.

El síndrome de Estocolmo del PSOE coruñés se exacerba aún más al analizarse dos asuntos complementarios. El primero pone de manifiesto lo siguiente: los datos en lo que va de año del Puerto de A Coruña, junto a los de años anteriores, reflejan una caída notable de los tráficos que harán imposible devolver, a partir del próximo año, la deuda firmada con el BEI y con Puertos del Estado; máxime, cuando se está registrando un desvío de tráficos a Leixoes, que crece de manera exponencial a costa de los puertos gallegos. La segunda apreciación viene dada por las declaraciones efectuadas desde dos presidencia de empresas públicas, desde Puertos del Estado (“las deudas han de ser pagadas por quienes las generan”), y desde Adif (“los costes de la conexión ferroviaria al puerto exterior no los va a abonar el Adif”).

A la luz de estas declaraciones, el PSOE coruñés y el ayuntamiento que preside quedan al albur; en situación de fuera de juego. Se sitúan enmallados en dobles contradicciones. Todo, por no saber enfocar los asuntos, no determinar sus prioridades y no escoger soluciones viables. Y no será porque no fueron avisados de dónde se metían y con quien se aliaban. @mundiario

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