La entrevista más sincera de Brad Pitt: drogas, alcohol y varios fracasos

Brad Pitt, actor. RR SS.
Brad Pitt, actor. / RR SS.

El actor relata en una de sus últimas entrevistas lo difícil que fue convertirse en un ídolo de masas en los noventas. Toda la presión mediática lo llevó a refugiarse en las drogas y el alcohol, algo que más tarde terminaría rompiendo su familia.

La entrevista más sincera de Brad Pitt: drogas, alcohol y varios fracasos

En la actualidad Brad Pitt es sinónimo de éxito. Ya es un actor consolidado y tiene varios negocios bien encaminados, entre ellos, el de la producción de películas. A sus 55 años parece haber encontrado el equilibrio y parece llevar una relación cordial con su ex, Angelina Jolie, con quien comparte seis hijos. Pero no fue nada fácil, especialmente en los noventas, cuando el actor se encontraba en la cúspide de su carrera como uno de los actores más cotizados de Hollywood y el sex simbol por excelencia.

Pitt ha dado una entrevista muy sincera a The New York Times, donde habla de lo difícil que ha sido para él lidiar con la fama. Sin lugar a dudas el alcohol ha sido lo más complicado de superar, tanto así, que solo lo dejó luego de que se separase de Angelina Jolie y esta le dejara ver que estaba dispuesta a pelear por la custodia absoluta de sus hijos. Pitt tuvo que someterse a un programa de desintoxicación y acudir a alcohólicos anónimos, ahora, ya libre de ese paso habla sin tapujos.

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Pero el alcohol no fue la única constante en su vida, las drogas también. “Ha habido momentos en los que he visto fotos de mí mismo de hace años y he dicho: 'Ese chaval tiene buena pinta'. Pero en realidad no me sentía tan bien por dentro. Me pasé la mayor parte de los noventa escondiéndome y fumando hierba”, reveló el intérprete.

Su afición a esas sustancias llegaron por su incomodidad con la fama y esas eran las mejores vías de escape. “Me sentía incómodo con toda esa atención. Llegué a un punto en el que estaba encarcelándome a mí mismo. Ahora salgo a la calle y vivo mi vida y, en general, la gente es bastante maja”, explicó.

El actor también habla de algunos de sus trabajos más conocidos. En Doce monos, asegura que: "Bordé la primera parte. La segunda la hice completamente mal". Y sobre rodar en Thelma & Louise asegura que luego fue encasillado por los estudios: "En los noventa había solo un tipo de personaje concreto para mí. Me sentía limitado".

Pero sin duda uno de los puntos más álgidos de su carrera fue cuando grabó Troya, donde nunca se terminó de sentir cómodo y le hizo sentirse “decepcionado”. "Tuve que hacer Troya —supongo que ahora ya puede se contar— porque rechacé hacer otra película y tenía que hacer algo para el estudio. Fue doloroso, pero me di cuenta de que la forma en la que las cosas se contaban en esa película no era como debería ser. Yo también cometí mis propios errores en ella. No podía salir del centro del plano. Eso me estaba volviendo loco. Me había convertido en un niño mimado por David Fincher [director de El club de la lucha]. Allí no había ni rastro de Wolfgang Petersen [...]. Así que tomé la decisión de invertir mi tiempo solo en historias de calidad. Fue algo que se notó en mi carrera la siguiente década".

El actor finaliza hablando de su relación con la prensa, la cual evita leer si hablan de él, especialmente cuando se refieren a su vida amorosa. “No me desvío del camino para evitarlo [leer esas informaciones], simplemente no lo busco. No sé con cuántas mujeres habrán dicho que he salido durante los últimos dos o tres años, pero nada es verdad", asegura. Y remata con una divertida anécdota: “Cuando arrancó mi carrera, salí en el periódico USA Today. Estaba encantado conmigo mismo. Dos días después de que saliera, fui a casa de un amigo. Miré al suelo de la cocina y ahí estaba el arenero del gato, y mi artículo del USA Today con una mierda de gato encima. Creo que lo define bastante bien". @mundiario

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