Elecciones en Galicia: la oposición en contra, aunque votó a favor

Alberto Núñez Feijóo y Gonzalo Caballero. / RR SS
Alberto Núñez Feijóo y Gonzalo Caballero. / RR SS
Si la oposición centra su campaña en la gestión de la crisis sanitaria, no tiene opciones, pues es donde el PP intentará basarse con números incontestables. La oposición podría hablar, entre otras, de las medidas contra la crisis económica que ya está aquí y que, hasta ahora, el Ejecutivo gallego intenta aplazar.
Elecciones en Galicia: la oposición en contra, aunque votó a favor

En el juego de espejos de la política lo que se dice en un lugar se ignora en otro. Quienes hoy se rasgan las vestiduras porque Feijóo convoca elecciones, votaron hace pocos días a favor de que en el nuevo estado de alarma se pudiesen convocar elecciones. Así lo exigió el PNV, que en ese caso asumía el apoyo expreso de la Xunta de Galicia. Los diputados gallegos del PSOE y de Unidas Podemos votaron a favor sin pestañear ni alzar la voz, centralismo manda. Ahora en Galicia hacen pucheros.

Por descontado que las elecciones se convocan cuando le conviene al Presidente de turno, en todos los sistemas de base parlamentaria. Es una prerrogativa exclusiva de la Presidencia, cuya contrapartida es la posibilidad de que la oposición promueva una moción de censura en cualquier momento. Sólo los municipios, como Administración de gestión, carecen de la facultad de convocar elecciones cuando lo consideran oportuno. Las rondas de consultas formales con la oposición que han hecho tanto Feijóo como Urkullu son gestos de imagen pues no están obligados a ello. Es más, aunque en Galicia las elecciones se suspendieron con el acuerdo de los partidos hasta que se hubiese levantado el Estado de Alarma, a través de la prórroga de éste se ha levantado ese condicionante.

Yerra Feijóo, como lo hace Urkullu, escudándose en los informes sanitarios. Convocan cuando quieren, ponderando todo tipo de factores: encuestas, idoneidad de la fecha, ventajas e inconvenientes, alianzas posibles, etc. Juegan con ventaja, obviamente. Como ya explicamos en MUNDIARIO, la crisis refuerza a los líderes de los Gobiernos, incluso en detrimento de sus socios. Los Presidentes del País Vasco y de Galicia, están hoy en mejores condiciones electorales que la víspera de la epidemia, habiendo disfrutado de una exposición mediática gigantesca, mientras sus respectivas oposiciones eran reducidas mediáticamente al silencio. Incluso el Presidente catalán se ha aprovechado de esa ventaja mediática en detrimento de ERC, como Pedro Sánchez lo hace en perjuicio de Unidas Podemos. Es el llamado efecto bandera: en tiempo de crisis grave, la mayoría sigue al abanderado.

Podrá considerarse injusto pero son las reglas de juego sin que hasta ahora nadie haya considerado oportuno modificarlas, regulando el uso abusivo de los medios públicos de comunicación, de las subvenciones discrecionales a los medios privados, de la suspensión de la actividad política, etc. Desde el momento en el que se votó el estado de alarma, derechos y libertades de los ciudadanos quedaron suspendidos. No ocurrió así con las prerrogativas del Ejecutivo que se han hecho exorbitantes. ¿Acaso lo ignoraban los diputados que votaron a favor del Estado de Alarma y de sus muchas prórrogas?

La inconsecuencia alcanza a los medios. Que las elecciones gallegas se convoquen en esas condiciones merece un extenso artículo crítico en el diario de mayor tirada de España. Que se convoquen en el País Vasco no merece mayor comentario. La diferencia es notoria: en un caso se trata de una autonomía popular, que como otras, Madrid sobre todo, debe de ser censurada a diario. Por ello se resucita la entrevista al viejo amigo narcotraficante. El Gobierno vasco goza de bula mediática mientras se mantenga en el lado correcto. Evidentemente en otros periódicos las informaciones se invierten.

Lo cierto es que habrá elecciones en Galicia y en el País Vasco en julio, en Cataluña algo más tarde. En todas ellas  el mandato actual está a punto de finalizar. Demorarlo algunas semanas, que coincidirán con el verano, no tendrá efectos apreciables sobre el electorado. Si la oposición en ambas Comunidades centra su campaña en la gestión de la crisis sanitaria, no tiene opciones, pues es donde el PP intentará basarse con números incontestables. La oposición deberá intentar salir de ese marco de debate para hablar, entre otras, de las medidas contra la crisis económica que ya está aquí y que,  hasta ahora, el Ejecutivo gallego intenta aplazar. @mundiario

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