EE UU anuncia la creación de una “coalición global” contra China

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El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo / La Voz de América.
La red de apoyos globales que EE UU podría captar con sus socios vendría eventualmente de países como Brasil, Colombia, México, Canadá, Alemania, Francia, Japón, Italia, el resto de la Unión Europea y la OTAN.
EE UU anuncia la creación de una “coalición global” contra China

La potencia que busca controlar la economía, la tecnología, el posicionamiento militar, la diplomacia y un sinfín de aspectos esenciales del sistema de vida a nivel global, ha emitido una declaración que podría ser el preludio de una nueva Guerra Fría, pero esta vez, entre la primera y la segunda economía del mundo, pues ambas se mantienen en un constante pulso por ese primer lugar de la hegemonía global.

Y es que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, manifestó este lunes durante una entrevista televisiva que “los Estados Unidos empiezan a construir una coalición global contra China”.


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Esto implica que Washington podría estar en pleno proceso de conformación de un nuevo telón de acero en esta era postmoderna, que amenazaría con dividir y neutralizar la globalización para polarizar al mundo entre el hemisferio occidental y el hemisferio oriental en un claro posicionamiento de Occidente con EE UU y de Oriente con China, lo que nos retrotraería a aquellos fatídicos días de confrontación y división global entre EE UU y la antigua Unión Soviética tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

Durante una comparecencia en el programa "Life, Liberty & Levin", de la cadena Fox News, Pompeo aseguró que “el Gobierno estadounidense trabaja para conseguir que varios países de África, el sudeste de Asia y Sudamérica se den cuenta de la amenaza que representa el Partido Comunista chino para su libertad y soberanía”.

Consiste en una estrategia de la Casa Blanca para conseguir apoyos multinacionales a un mecanismo internacional de bloqueo comercial, diplomático y geopolítico sobre China para evitar que tenga más expansión e influencia a través de su penetración tecnológica, financiera, económica e incluso cultural en los países del hemisferio occidental, sobre todo los principales de Sudamérica y de Europa, que son aliados clave de Washington en su actual arquitectura de poder global.

En ese sentido, el alto funcionario de la Administración Trump y jefe de la influyente diplomacia norteamericana expresó que “los Estados Unidos avanzan en esta coalición global para hacer que retrocedan”, en referencia al gigante asiático.

Entonces, lo que Washington propone se basa en evitar que China continúe desarrollando proyectos de infraestructura o prestando grandes sumas de capitales que, a largo plazo, el gigante comunista podría cobrar mediante alineaciones o alianzas políticas que tendrían repercusión en los modelos y paradigmas económicos occidentales. Es decir, EE UU percibe el orden global moderno como una estratagema de China para crear una órbita de países alrededor de su radio de expansión también en Occidente con el objetivo de desplazar el dominio y la influencia democrática-liberal de la economía estadounidense sobre los niveles de desarrollo en América y Europa, dos mercados que están en la sedienta mira de China.

Los comentarios de Pompeo se vinculan a las declaraciones realizadas por el presidente de EE UU, Donald Trump, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde acusó a Pekín de ser responsable de la expansión de la Covid-19 en el mundo.

La red de apoyos globales que EE UU podría captar con sus socios vendría eventualmente de países como Brasil, Colombia, México, Canadá, Alemania, Francia, Japón, Italia, el resto de la Unión Europea y todos los miembros de su brazo de control militar global, que es la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).

Washington desarrolla desde 2019 una nueva fase de su confrontación histórica con China, basada ahora en una guerra comercial y diplomática contra el gigante asiático, que se refleja en la injerencia e influencia norteamericana en las crisis políticas de Hong Kong y Taiwán, dos potencias asiáticas (que China busca someter) alineadas en la órbita de EE UU, así como en sanciones comerciales y financieras contra empresas y funcionarios chinos, que prevén junto al régimen de Xi Jinping construir una nueva esfera de poder global mediante el ambicioso proyecto comercial de la ‘Nueva Ruta de la Seda’, con el que China planea dominar los flujos de mercancías, capitales, bienes y activos en todo el planeta, y por ende, en la economía mundial. @mundiario

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