La destrucción del Estado por el chavismo

Nicolás Maduro, el sucesor de Hugo Chávez.
Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez.

Aunque la situación de crisis social y económica se agravó desde el 2013, cuando empieza a gobernar Maduro, no es sin embargo solo por causa de este último que ha pasado, todo lo que ha pasado.

La destrucción del Estado por el chavismo

En este mes, en el cual el chavismo celebra un aniversario más de los sucesos del 11, 12 y 13 de abril del 2002, bautizados ahora como rebelión popular; creo que es imperativo para todos los venezolanos después de los diecisiete años transcurridos desde entonces, hacer una retrospectiva que permita, mirando la historia reciente desde atrás, recordar de donde se viene y así poder entender mejor por qué Venezuela está ahora, donde está .

En la nuestra, la conclusión que sacamos es que aunque la situación de crisis social y económica se agravó desde el 2013, cuando empieza a gobernar Maduro, no es sin embargo solo por causa de este último que ha pasado todo lo que ha pasado, y sigue pasando; pues la causa remota o eficiente fue Chávez y sus tres gobiernos anteriores. En ellos podemos distinguir una etapa previa de descomposición de las estructuraras socio-económicas y político-jurídicas, que dura hasta el 2009, cuando Chávez termina de torcerle el brazo al estado de derecho con su nuevo referéndum del 15 de febrero; y una segunda etapa, a partir de allí, anunciada por él en varias oportunidades, de profundización de la revolución.

Esa última etapa, el la dirige enfermo, hasta su muerte, sabiendo que es imperativo ganar las próximas elecciones, no sin antes nombrar como sucesor a Nicolás Maduro, quien sin tener su estilo ni su carisma se encarga de efectuar esa radicalización de la revolución dándole mas protagonismo a las estructuras comunales que ya Chávez había dejado en varias leyes; anunciando una nueva constitución que seguros estamos Chávez hubiese igualmente propuesto y promulgado hace tiempo, e implementando instrumentos de control social como el carné de la patria, algo que Chávez había anunciado a finales del 2010 como tarjeta de racionamiento y con la finalidad de “comprar lo justo”.

No hay nada nuevo bajo el sol. Maduro conduce el mismo automóvil que Chávez, con la diferencia de que éste iba dentro de un limite de velocidad que era alto, pero permitido, y de que Maduro lo excedió hace tiempo. La entrega a Cuba de petróleo y del Estado; la devaluación programada del bolívar; la crisis de alimentos y medicinas; el colapso del metro de Caracas; la debacle de PDVSA; la destrucción del sector agrícola e industrial; la degradación y envilecimiento del ejército; la corrupción de las instituciones morales y ciudadanas, de los poderes públicos; todo eso, ya estaba allí cuando Chávez falleció, porque fue el mismo, quien trabajó e hizo todo lo posible para que eso ocurriera. Dedicó a ello catorce años de su vida. Maduro solo le ha dedicado seis y si parece mas eficiente que Chávez en sus logros, es simplemente porque ya su antecesor le había dejado el camino libre de obstáculos.

Y como la memoria es corta, a quienes piensen que los apagones y racionamiento de la electricidad son nuevos, les invito a buscar en las noticias del pasado la compra de electricidad que se le hacía a Colombia; los anuncios de recortes en consumo eléctrico en centros comerciales y oficinas, así como los ruegos para que lloviera y la represa del Guri creciera, que ya Chávez hacía por televisión en el 2010. Para quienes no tengan tiempo de hacerlo, vamos a transcribir algunos fragmentos de artículos de entonces, tocando dichos aspectos:

> La edad de la tinieblas, agosto 2009: “Apagones como el del lunes pasado, afectando a media Venezuela, son ya cosa de rutina en este régimen, como lo son también las frecuentes fallas en el metro, en Cantv, las penurias para obtener un pasaporte o divisas, encontrar café o azúcar, o un simple repuesto para el carro. La idea de apagarlo todo, es decir, de ponernos a oscuras, o dejarnos sin voz, o sin sonido, o sin imagen, o sin palabras, que al final es lo mismo, es muy militar, muy de táctica de guerra, de cerco, de imposición, de totalitarismo ciego.”

> Un país insólito, marzo 2010: “Así, es insólito que tengamos que sufrir un racionamiento de luz o de agua en todo el territorio nacional, que ha cambiado el estilo de vida de los venezolanos y que ha convertido a ciudades como Caracas en parajes desolados, que nos asemejan a otros países que han sufrido los rigores de una guerra, de un terremoto”. 

> Sedientos y a oscuras, octubre 2009: “La palabra racionamiento nos trae, a la mayoría de los ciudadanos, idea de escasez, de pobreza, de miseria. Y no puede ser de otra manera, pues el racionamiento es propio de países en guerra, de economías desoladas, y también de regímenes totalitarios o de los cuarteles. Que en la Venezuela actual, comenzando el siglo XXI, el actual régimen del señor Chávez nos proponga el ahorro de recursos como el agua o la electricidad como vehículo de concientización de las futuras generaciones de habitantes del planeta, es encomiable. Pero que lo haga porque simplemente su gobierno, en estos once años, ha sido incapaz de diseñar políticas o planes para realizar una gestión eficiente de recursos naturales como el agua o el petróleo, que en un país como el nuestro son más que abundantes, es realmente deplorable". 

> Esperando a que llueva, enero 2010: “Escuchar a Chávez y a todo su séquito en el año 2010 del siglo XXI, hablando sobre la lluvia como la única solución para nuestro problema hidroeléctrico y que debemos esperar el mes de mayo, es casi como realizar un viaje al pasado que nos aleja del presente a una era cualquiera A.C. Decíamos en una entrega anterior que el país parece un chiste, un mal chiste; no nos extrañe pues, que junto con las medidas de ahorro de electricidad, tengamos que ponernos a bailar, en cualquier momento, la danza de la lluvia o a cantar aquello de la infancia ¡Que llueva!, ¡Que llueva! la Virgen de la Cueva.” @xlmlf en @mundiario

Comentarios