Descubriendo el Universo: Saturno, el majestuoso planeta de los anillos

Ilustración de Saturno. / cosmosup.com
Ilustración de Saturno. / cosmosup.com

Es el sexto planeta del Sistema Solar y probablemente el más hermoso de todos. MUNDIARIO presenta su quinta entrega de la serie dedicada a conocer y estudiar la infinidad.

Descubriendo el Universo: Saturno, el majestuoso planeta de los anillos

Descubriendo el Universo es una serie exclusiva de MUNDIARIO en la que se estudian y descubren los grandes tesoros del cosmos con la guía de obras escritas por científicos del prestigio de Stephen Hawking. Tras haber explorado ya a Alfa Centauri, Venus, Titán y el proceso de formación de las estrellas, llega el turno de explorar uno de los planetas más hermosos hasta ahora conocidos: Saturno, el señor de los anillos.

Saturno

Se trata del segundo planeta más grande de nuestro Sistema Solar, el sexto en orden respecto a la distancia del astro rey, y el único con anillos visibles desde la Tierra. Su rápida rotación hace que sus polos se vean achatados. Como todos los cuerpos del cosmos, éste debe su nombre a un dios romano, en este caso el del dios de la agricultura y la cosecha (Saturnus, en latín).

Este planeta es de los pocos que fueron descubiertos desde la antigüedad, pues fueron precisamente los antiguos romanos quienes le bautizaron. Su atmósfera está formada principalmente de hidrógeno, aunque también tiene pequeñas porciones de helio y metano. Tiene una densidad menor que la del agua, lo que quiere decir que si se le pudiera echar en una piscina, flotaría.

Saturno. / infobservador.com

Vista de Saturno desde un telescopio ordinario en la Tierra.

Características generales

Este planeta se encuentra a 1,430 millones de kilómetros del Sol y cuentra con un diámetro de 120,536 kilómetros, que es el equivalente a 9,449 el de la Tierra. Para que el lector se haga una idea de su superficie, ésta es de nada menos que 83.7 veces la de nuestro planeta, con un volumen 763.59 veces también el de la tierra. Caminar en Saturno sería imposible porque su gravedad es muy baja, y en el ecuador es de un 91.4% en relación a la que nosotros conocemos.

Su estructura, al igual que Júpiter, es de un planeta gaseoso, formado en casi su totalidad por hidrógeno. Tiene un núcleo rocoso muy caliente que está envuelto en una capa de metal líquida, la cual a su vez está envuelta por otra de hidrógeno líquido y helio. Por encima de todas esas capas, está su atmósfera.

Imagen de Saturno. / dailymail.co.uk

Imagen del polo Norte de Saturno tomada por el Satélite Cassidi.

Algo que siempre ha asombrado a los científicos son los vientos que azotan a este gigante gaseoso. Se han registrado vientos a velocidades mayores a 1,795 kilómetros por hora (los vientos más fuertes jamás recogidos en la Tierra apenas llegaron a los 371.68 km/h en New Hamsphire, Estados Unidos en 1934). Los científicos calculan que incluso en los tornados, cuando los vientos llegan hasta los 480 km/h, las ráfagas se quedarían en insignificantes en comparación con los de Saturno. Es más, su temperatura estimada es de -125 grados centígrados.

Cuenta con 59 lunas conocidas. Siete de esas 59 son redondas. Titán es la más grande de todas y es también la única conocida hasta ahora que cuenta con una atmósfera propia, no sólo de los de Saturno, sino de todos los satélites del sistema. El volumen (espacio que ocupa un cuerpo) de Titán es tres veces mayor que el de nuestra Luna.

Satélite de Saturno. / dailymail.co.uk

Ese diminuto punto que se observa entre los anillos es Pan, una de las lunas de Saturno de apenas 27 kilómetros de radio. Imagen tomada por el satélite Cassini.

Imagen de Saturno. / dailymail.co.uk

Mimas, otra de las lunas de este planeta, se asoma sobre los anillos del planeta. Imagen tomada por el satélite Cassini.

Un día en Saturno dura 10.23 horas, es decir casi la mitad de los nuestros. Su periplo alrededor del Sol es mucho más largo, pues tarda 10752 en cerrar una vuelta, es decir, el equivalente a 29.46 años terrestres.

Sus anillos

Pero sin duda la gran característica de este hermoso cuerpo celeste son los anillos que le rodean. Fueron vistos por primera vez por Galileo Galilei en 1610, pero su existencia fue corroborada por Christian Huygens en 1659, cuando ya se contaban con mejores instrumentos de observación respecto a los que tenía el italiano. Desde entonces, las discusiones respecto al origen de estos bellos ornamentos jamás ha llegado a una conclusión general.

No obstante, la teoría más aceptada hasta el momento es que los anillos se formaron con los restos de planetas como Plutón que se estrellaron contra Saturno hace 4,000 millones de años. Científicos de Japón datan este acontecimiento en el período al que han denominado Bombardeo Intenso Tardío.

Anillos de Saturno. / picsaboutspace.com

Representación artística de los anillos de Saturno.

Cada anillo recibe un nombre especial, el A, es el más cercano al planeta; el B el segundo y así sucesivamente. Cada uno de estos anillos, a su vez, está formado por anillos más pequeños. La mayoría están compuestos de agua, aunque no se ha comprobado al 100%. Obviamente es agua en estado sólido, por lo que son en realidad icebergs o gigantescas bolas de nieve. Sus tamaños varían desde piezas microscópicas hasta algunas del tamaño de una casa promedio. Se puede estimar su edad dependiendo de su brillo. Si es opaca, probablemente tenga millones de millones de millones de años pues ya está empolvada. Si está brillante, en cambio, será de apenas millones de millones.

Los objetos que forman a los anillos se mantienen alineados y cercanos al gigante gracias a la gravedad conjunta de éste y sus satélites. Es decir, es producto de la fuerza centrífuga que genera la propia rotación del planeta. @hmorales_gt

Imagen de Saturno. / picsaboutspace.com

Imagen de Saturno reconstruida por la NASA.

 

 

 

 

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