La descarada hipocresía de Rafael Hernando

Rafael Hernando. / Mundiario
Rafael Hernando. / Mundiario

Si el PP pacta con el PNV se proporciona equilibrio y estabilidad política y unidad nacional. Si el PSOE pidiese el apoyo del PNV estaría atacando el sentido de Estado y colaborando con “aquellos que quieren romper España”. ¿Quién estabiliza y quien estabiliza qué? ¿La corrupción?

La descarada hipocresía de Rafael Hernando

La hipocresía es una simulación, una mentira, un fingimiento, una máscara. Dice Ramón Pérez de Ayala en sus eminentes ensayos sobre “Las máscaras” que “cuando la verdad desnuda sale por entero del pozo en donde por pudor está casi siempre escondida, se nos figura enorme, cuando no ridícula y, a veces, hasta monstruosa”.

Oír las intervenciones del portavoz del PP, Rafael Hernando, si somos capaces de superar la vergüenza y el bochorno, supone un sufrimiento, lesivo del mínimo pudor intelectual, para cualquier ciudadano simplemente bien educado. Una tortura. En la Grecia clásica se llamaba hipócrita al que aparentaba lo que no era o sentía. Pero lo moralmente disolvente del Sr. Hernando es que, con  toda probabilidad, sea lo que aparenta, que se crea, enfermizamente, lo que dice, esto es, la “doble moral” ontológica.

Si hay que pactar con el PNV para aprobar los Presupuestos, porque las circunstancias lo aconsejan y en otro caso los votos no llegan, se pacta con el PNV. Y ello –dice– va a proporcionar equilibrio y, sobre todo, estabilidad política y unidad nacional. Estamos entonces en un ejercicio responsable y solidario y nos olvidamos del cupo vasco y de su conflictivo cálculo. Ahora bien, si Pedro Sánchez pidiese el apoyo del PNV para hacer factible el éxito de la moción de censura a Rajoy, estaría entonces atacando al sentido de Estado y colaborando con “aquellos que quieren romper España”. ¿Quién estabiliza y quien estabiliza qué? ¿La corrupción?

Este lenguaje “peludo” que deliberadamente utilizo –y pido disculpas por ello– es para desenmascarar a los hipócritas, a aquellos que, como el agradecido Hernando, son capaces de asumir la ambivalencia inmoral de las conductas, hasta llegar a la “escisión constitutiva del sujeto”, quedarse tan tranquilo y echar la biga al ojo de los demás.

Lo más lamentable es estar gobernado por estos animales gregarios, sin valores ni principios: “levadura de los hombres”, dijo Jesucristo. @mundiario

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