No dejemos de hablar, de Ada Soriano, o la entrevista como ensayo

Cubierta del libro No dejemos de hablar, de Ada Soriano
Cubierta del libro No dejemos de hablar, de Ada Soriano
La escritora Ada Soriano ofrece una visión multiforme sobre la literatura actual en nuestro país a través de diecinueve entrevistas.
No dejemos de hablar, de Ada Soriano, o la entrevista como ensayo

Publicada por la Editorial Polibea, la escritora Ada Soriano invita a reflexionar sobre el hecho de la creación a través de su obra No dejemos de hablar.

Como si se tratase de una frase pergeñada por la propia Martín Gaite, Ada Soriano nos invita a rescatar la conversación como un contrapunto al mundo de ruido desaforado y populismo en el que vivimos.

La ocultación de la razón hablada con mesura y tiempo, así como la desaparición, en muchas ocasiones, de voces divergentes, dentro de la cultura y la creación en los medios, son algunos motivos de denuncia que han dado origen a esta obra.

Desde voces como Alberto Chessa, Cleofé Campuzano, Antonio Enrique o José Luis Zerón, la obra deja que los autores teoricen a través de sus sentimientos, de sus lecturas, de una trayectoria basada en un oficio constante de soledad, sobre todo de mucha soledad, como explica,por ejemplo, la poetisa María Engracia Sigüenza: "A mí me cuesta mucho sentirme satisfecha, por eso no tenía prisa por publicar,más bien sentía y sigo sintiendo el apremio de continuar aprendiendo".

La escritora Esther Peñas reflexiona sobre esa gravedad de lo intemporal que tiene lo poético y el hecho de intentar dominarlo: "El prodigio está ahí mismo, esperando ser hallado. El prodigio es un vaso comunicante, el fulgor de una analogía, la ferocidad de afinidades electivas en las que nos reconocemos, un azar que, siquiera por un instante, hace que el mundo se complete".

Que yo cite a Martín Gaite no es baladí, pues, indagando en sus reflexiones y obras como Retahílas, se advierte la presencia del discurso oral en su estética como necesidad de manifestación del interlocutor.

Sin interlocutor, no es posible la literatura y aquí, en esta recopilación de entrevistas, Ada Soriano dota de un valor ensayístico a conversaciones pautadas y pausadas, pues se permite que escritores y poetas manifiesten abiertamente su parecer acerca del hecho creativo como fenómeno social e histórico, y como una manera personal de estar en el mundo.

Ada Soriano ha logrado que la entrevista sea un texto encubierto para que las diversas voces que participan en este volumen se conviertan en textos más propios del ensayo que de una conversación donde se juega a la improvisación o a la espontaneidad. A este respecto, las declaraciones de María Antonia Ortega, en este libro, son reveladoras: "La lectura concentrada, en estado de concentración, que es estado de gracia, en estado físico y espiritual, es la literatura en vena que no puede ser sustituida de ningún otro modo".

Dos constantes temáticas operan en todas las entrevistas: el análisis de las obras y la concepción compositiva que, sobre el hecho artístico, tiene cada entrevistado. Y eso hace que cada entrevista se torne en una especie de poética personal, sin otro fin que acentuar la singularidad creativa de cada uno de los poetas y difundir una imagen poliédrica y llena de matices de las estéticas que dominan ahora la poesía en nuestro país.

Ada Soriano evita entonces la defensa de escuelas, el utilitarismo de algunas corrientes poéticas, la visión monoteísta de entender la poesía bajo una sola directriz que suele coincidir con las preferencias mediatizadas de algunas editoriales que publican sin rigor en muchas ocasiones.

La escritora prefiere ofrecernos un crisol de posibilidades expresivas, en defensa siempre de la visión heterodoxa del fenómeno poético y que es, precisamente, donde ahí radica su origen, en su no exclusividad, en su perpetuo carácter renovador y rupturista con el orden establecido. Probablemente, este libro ayude a comprender que la poesía sigue su curso en las márgenes y no en las líneas institucionales de muchos medios que obligan a un lenguaje único. @mundiario

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