De los Cristófori a los Fazioli: ¿cuáles son los mejores pianos del mundo?

Evgenia Rabinovich tocando en un piano de alta gama de la fábrica Paolo Fazioli.
Evgenia Rabinovich tocando en un piano de alta gama de la fábrica Paolo Fazioli.

La casa Fazioli es la constructora de pianos más importante del mundo. Adicionalmente fabrica un instrumento aún más grande que el destronado Imperial y posee no solo las teclas adicionales sino un cuarto pedal para los sonidos pianissimi. 

De los Cristófori a los Fazioli: ¿cuáles son los mejores pianos del mundo?

Liszt, el más legendario pianista del siglo XIX, decía que el piano era el rey de los instrumentos. Y no se equivocaba porque el piano, prácticamente desde su nacimiento, se da el lujo de trabajar independiente y solo excepcionalmente forma parte de la orquesta.

El primero fue fabricado por Bartolomeo Cristófori, un luthier italiano en 1709. Al piano le tomó su tiempo imponerse en Europa. Sin embargo, cuando esto ocurrió, desplazó sin piedad a sus antecesores, el clavicémbalo, el virginal, el clavicordio y la espineta, de paso se instaló como el soberano indiscutible de las salas de concierto y el más favorecido por los compositores.

Aunque sus orígenes fueron italianos, su fabricación fue materia de competencia entre vieneses e ingleses. Los franceses pusieron fin a esa disputa cuando parecieron reunir en sus instrumentos las cualidades de las dos escuelas. No obstante, para el siglo XIX, la fabricación de los mejores pianos del mundo fue un monopolio de la casa Steinway and Sons, originalmente alemana y trasladada a Estados Unidos en 1853, y la casa Bösendorfer de Austria. Bösendorfer se preciaba, hasta hace unos días, de la supremacía de sus instrumentos y de su clientela, que desde el siglo pasado contaba a Franz Liszt, Anton Rubinstein, Johannes Brahms, Bela Bartok, Gustav Mahler y Arthur Rubinstein. Además exhibía el récord de fabricar el piano Imperial, el instrumento de concierto más grande del mundo, no solo porque la longitud de su cola superaba la de cualquiera otra de sus rivales, sino porque poseía más teclas que los demás y un sonido sencillamente insuperable.

Ninguna casa de pianos competía con Bösendorfer, ni Blüthler con más de 150 años de tradición, tampoco Gotrian Steinweg o Steingraeber con más de un siglo de trabajo reconocido hasta por el mismo Wagner, tampoco la casa Yamaha de Japón que fabrica pianos hace más de un siglo. Steinway and Sons prefirió siempre un digno y respetable segundo lugar ante el poderoso y omnipotente Bösendorfer Imperial. Sin embargo, hasta un reinado así puede llegar a su fin.

La casa Fazioli es la constructora de pianos más importante del mundo. Adicionalmente fabrica un instrumento aún más grande que el destronado Imperial y posee no solo las teclas adicionales sino un cuarto pedal para los sonidos pianissimi. Los primeros instrumentos de la casa fueron exhibidos en el Palacio Serbelloni de Milán en 1981. Existen varias razones para considerarlos los mejores pianos. Primero porque el piano-forte desde su nacimiento fue italiano. Además porque revelan dos secretos: la obsesión de Paolo Fazioli para que sus instrumentos 'canten' como las grandes voces de Italia y en segundo término que buena parte de las maderas son del Valle de Fiemme, el mismo lugar de donde provenían algunas de las legendarias maderas de los violines de Stradivarius.

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