China, entre las sombras, puede ser la gran ganadora de la cumbre entre Kim y Trump

Kim Jong-un, líder norcoreano; Xi Jinping, presidente de China; y Donald Trump, presidente de EE UU. RR SS.
Kim Jong-un, líder norcoreano; Xi Jinping, presidente de China; y Donald Trump, presidente de EE UU. / RR SS.

Pekín no estuvo presente en la reunión celebrada en el hotel Capella, en la isla de Sentosa, pero la larga sombra de Xi Jinping estuvo presente en el primer encuentro entre el líder norcoreano y el presidente estadounidense.

China, entre las sombras, puede ser la gran ganadora de la cumbre entre Kim y Trump

El pasado 12 de junio ocurrió un evento sin precedentes: un presidente estadounidense y un líder norcoreano se reunieron por primera vez en la historia. Este gran paso ha sido protagonizado inesperadamente por Donald Trump y Kim Jong-un, quienes se estrecharon las manos por primera vez en el hotel Capella, en la isla de Sentosa, Singapur. Aunque durante la reunión faltaron algunos temas y ambos líderes lograron establecer las bases para desnuclearización de la península coreana; los analistas están hablando de un tercer país cuya sombre estuvo muy presente durante todo el encuentro: la China de Xi Jinping.

Consciente de lo que decimos, recientemente fue anunciado que el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, viajará este jueves a Pekín para establecer agendas bilaterales con el fin de concretar una próxima reunión entre ambos líderes.

Antes de encontrarse con Trump, Kim ya se había encontrado dos veces con Xi Jinping y es bien conocido que los viajes que el líder norcoreano ha estado realizando han sido auspiciados por China, su llegada a Singapur incluso fue en el avión Air China, que ostentaba una gran bandera roja; mientras que su mano derecha y hermana, Kim Yo-jong, viajó en el avión privado del líder norcoreano. Su llegada y anteriores visitas son una clara muestra de quiénes sus aliados y mejor respaldo en todo este proceso.

Apenas culminaba el histórico encuentro, y ya China hablaba de “una nueva historia” entre las relaciones de Washington y Pyongyang, algo que les satisfacía enormemente. Sin lugar a dudas ambas, Corea del Norte y EE UU, consiguieron algo de lo que esperaban, por un lado no habrán más maniobras militares entre Corea del Sur y EE UU; y por el otro se acabaron los ensayos nucleares en la península coreana.

¿Por qué es algo que importa a Pekín? Al igual que Kim Jong-un, China ve con malos ojos la presencia estadounidense en Asia, por lo que esas maniobras eran sumamente incómodas para el gobierno chino. Así que lo más sensato para ambas partes ha sido ceder algo de espacio en cada una de sus demandas.

El anuncio de Trump sorprendió, aunque parece haber gustado a Corea del Sur. El presidente surcoreano, Moon Jae-in, ya había presentado esta opción durante las elecciones del 2017 y la medida fue empleada durante los pasados Juegos Olímpicos de Invierno en el Sur como un gesto para sus vecinos del Norte.

“En tanto haya un diálogo serio entre Corea del Norte y EE UU sobre la desnuclearización de la península y el establecimiento de un régimen de paz, creemos que es necesario estudiar varias vías para favorecer el desarrollo de esas conversaciones”, señaló el portavoz presidencial surcoreano, Kim Eui-kyeom.

Las influencias de China se hacen notar cuando observamos que es el receptor del 90% de las exportaciones de Corea del Norte, siendo su gran protector. Para ellos, la paz entre las Coreas, con el aval estadounidense, se convierte en una oportunidad de tranquilidad en su frontera y las múltiples irrupciones de Kim ante el mundo y a incomodidad que generaba entre los diplomáticos gracias a sus pruebas atómicas. Asimismo, estando como velador, Pekín se asegura de que la familia Kim siga estando en el poder como sus grandes aliados.

Como si no fuera suficiente, el hecho de que Trump se reunirá con Kim augura cierta confianza, un imposible que pocos creyeron y que le dan al líder norcoreano legitimidad ante el mundo. Dicha percepción podría abrirle nuevas puestas económicas a Corea del Norte y hacer que China relaje las sanciones internacionales contra el régimen norcoreano. Esta semana se concretará un nuevo paso en el avance de China hacía las relaciones internacionales porque luego de reunirse con Moon, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, tiene previsto viajar este jueves hacia Pekín, donde se reunirá con el ministro de Exteriores, Wang Yi, para hablar sobre el resultado de la cumbre en Singapur.

Tras la complacencia de China, a EE UU le resta esclarecer sus anuncios ante Japón, quienes no vieron con buenos ojos el fin de las maniobras militares. El ministro de Defensa, Itsunori Onodera, declaró que esos ejercicios militares tenían un “papel vital” en la defensa de la región. Este último hilo lo han seguido varios analistas que temen que la región empiece a desestabilizarse e inclinarse ante la supremacía de China.  @mundiario

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