El centenario de la Revolución más importante del siglo XX

Lenin, político ruso. / RR SS.
Lenin, político ruso. / RR SS.

El régimen soviético llevó a cabo un proceso de modernización sustancialmente diferente del occidental. Se consolidó un sistema autoritario dirigido por la élite del partido único y de la administración estatal

El centenario de la Revolución más importante del siglo XX

En estos días se está celebrando el centenario del triunfo de la Revolución soviética en el territorio de la Rusia zarista y el comienzo de la construcción de lo que fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Esta circunstancia invita a un recuerdo del tiempo transcurrido -ejercicio que, en este artículo, resulta inevitablemente sintético- como humilde contribución para suscitar las diversas reflexiones que demandan los retos que nos pLantea la realidad del mundo actual.

En el comienzo del siglo XIX fueron desarrollándose distintas tendencias de pensamiento muy críticas con el rumbo que tomaba la civilización europea bajo la expansión del capitalismo. Las ideas de aquellas corrientes eran variadas en lo relativo a los medios que debían ser empleados para cambiar la organización social (más o menos radicales, más sociales o más políticos) y también en lo referido a las características del orden social alternativo. Sin embargo, compartían importantes valores y anhelos: la crítica del extremado individualismo de la sociedad moderna y de las grandes desigualdades asociadas a la misma; la oposición a la propiedad privada y la voluntad de articular un régimen económico cooperativo; el valor de la solidaridad; la importancia concedida al conflicto entre capital y trabajo y la conseguiente exigencia de que este último ocupara el lugar principal en el escenario colectivo.

El régimen soviético llevó a cabo un proceso de modernización sustancialmente diferente del occidental. Se consolidó un sistema autoritario, refractario al reconocimiento de las libertades democráticas

Al final del siglo XIX, cuando se levantan en Europa los grandes partidos y sindicatos de izquierda y también cuando comienzan a contar con grandes electorados, se registra una amplia adhesión a la herencia del primer socialismo, aunque esa adhesión tiene lugar de una manera tibia. Las aspiraciones a una transformación social de conjunto, tan arraigadas en ese socialismo primitivo, pierden fuerza en este segundo socialismo europeo, y siguen perdiéndola a lo largo del siglo XX, hasta finalizar convirtiéndose en una referencia poco operativa. La Revolución rusa, en otoño de 1917, supuso el primero de los nuevos regímenes que correspondieron a lo que mucho después se llamó el socialismo real (China, Corea, Vietnam, Cuba, etc.). La mayor parte de estos regímenes ya no existen (Unión Soviética, RDA, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Yugoslavia, Albania), o entraron en crisis (China), o sobreviven con dificultades (Cuba, Corea del Norte).

El régimen soviético llevó a cabo un proceso de modernización sustancialmente diferente del occidental. Se consolidó un sistema autoritario, refractario al reconocimiento de las libertades democráticas y duramente represivo en algunos períodos, dirigido por la élite del partido único y de la administración estatal. Una de sus características más singulares fue la unificación de las esferas ideológica, política y económica, bajo la autoridad centralizada del Estado: el grupo social que gobernaba era el mismo que gestionaba la economía y que dictaba la ideología oficial. La Unión Soviética y los países que siguieron su modelo establecieron el marxismo como ideología oficial del Estado. De este modo, una de las corrientes del socialismo democrático del siglo XIX -corregida, ampliada y simplificada- se convirtió en el principal dispositivo ideológico de diversos regímenes más preocupados por el control policial que por el respeto a los derechos humanos. Sus carencias en el campo económico y la falta de respaldo popular fueron minando la consistencia de estos regímenes hasta que, en los años noventa del siglo XX, desaparecieron la mayor parte de ellos. @mundiario

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