Cataluña, la herida de España: Mitos y claves de la revolución independentista

Portada. Cataluña, la herida de españa
Portada Cataluña, la herida de España. / RR SS

Acierto de clara diana en lo social y político esta crónica-ensayo de Ignacio Camacho, que bien se le puede aplicar al  brioso y fullero  independentismo catalán de apariencia izquierdista.

Cataluña, la herida de España: Mitos y claves de la revolución independentista

Ignacio Camacho escritor de fina prosa, nos ofrece un amplio y bien planeado  análisis de la  panorámica actual en víspera de las elecciones en Cataluña. Abordando la realidad actual del Estado como nación. “El estrés político de la situación ha alcanzado un grado tal de crispación que ni siquiera parece un horizonte optimista la prolongación temporal de la célebre conllevancia de Ortega”. Y entramos el espacio del contenido  con esta acertada cita que lo encabeza:

“Quien no haya conocido la vida antes de la Revolución no puede saber lo que es la dulzura de vivir” (Charles M. de Talleyrand),

 Acierto de clara diana social y política, que bien se le puede aplicar al  brioso y fullero  independentismo catalán izquierdista. Situación que me lleva a una reflexión: si esta valentía cercana al delirio y  el terrorismo esperpéntico con esos enfrentamientos en plena democracia, esta juventud la afrontaría también con un dictador al que no le temblaba el pulso a la hora de firmar condenas. Con  todos mis respetos a los planteamientos de Ignacio Camacho sobre un presidente de la nación al que se le llena la boca de democracia, ¿se le puede dar garantía de veracidad, tomando como ejemplo  actual este comentario de Soledad Gallego: “Ahora, el Partido Popular tiene tan embotado el sentido de Estado y de país que Mariano Rajoy se pregunta por qué una calle dedicada al almirante franquista que bombardeó Gijón y la carretera de Málaga a Almería, llena de civiles en desbandada, ha cambiado de nombre para homenajear a Rosalía de Castro”. Y este otro del patriota Queipo de Llano: “El general golpista fue un "criminal de guerra" responsable de la "matanza" de miles de personas, según historiadores y expertos en la materia. Para sus descendientes, el militar sublevado "salvó a Sevilla" de "caer bajo el dominio rojo" convertido en un benefactor obsesionado con atender a la "infancia desvalida" Por lo que sus restos yacen  bajo lápida a los pies de la virgen Macarena en su iglesia.

 Y es que la España del Valle de los Caídos por Dios y por España. Y muchos, posiblemente con razón podrán decir: “Es que no es el momento” Pero cuantos momentos han pasado y están pasado en los últimos cuarenta años. Acaso esta actualidad cotidiana puede considerarse en hecho aislado, inapropiado a la hora de hablar de democracia.

Suelo pregúntame con  respecto a los medios de comunicación el “dime donde públicas y te diré quién eres” Ignacio Camacho con la fina mesura y nivel de buen lector que posee ha sabido situarse en ese estado medio donde publica sus columnas, para aglutinar con acierto y esmero la exposición de este trabajo procurando señalar al orden establecido con suave crítica.

“Todo movimiento de independencia es en sí mismo un proceso revolucionario. El de Cataluña no se puede comprender en su dimensión completa sólo como un problema de integridad territorial sino como un asalto a la estructura del Estado, a los fundamentos del régimen democrático. El más importante y decisivo de los ataques contra el modelo constitucional, mucho más largo e intenso que el 23-F y más global que el conflicto vasco”.

Todo elemento de alteración y calentamiento de la población es válido para la tropa aleccionada del nacionalismo, sea de derecha o de izquierda, poco importa siempre ocultando que los nacionalismo todo son conservadores, estrechos y limitados en el desarrollo. “Una magistral operación de agitprop envuelta en el maquillaje emocional de los mitos; la apoteosis de la ficción como soporte de la política. La llamada revolución de las sonrisas no era más que la revolución de las mentiras”.

Crónica de la fase aguda de la crisis que ha tensionado hasta el límite de la ruptura el modelo español de convivencia. Una reflexión fundamental para comprender las causas remotas e inmediatas que han conducido a este crucial desafío a nuestra democracia. Ignacio Camacho define de esta manera su obra:  “Se trata, pues, solo de un relato, que por estar elaborado  por  un  periodista  se  mueve  en  el  marco  narrativo del  periodismo.  Del  periodismo  de  opinión  y  de  interpretación, que formula juicios de valor basados en acontecimientos reales frente a la invención populista de los «hechos  alternativos».  En  este  caso,  el  autor  ha  tratado además  de  combatir  la  plaga  posmoderna  de  la  pos verdad, un factor clave en la estrategia triunfante del soberanismo”.

Luego “Todos a una Fuenteovejuna” Pero no revueltos. La verdadera democracia es machadiana no heredera del franquismo de banderas.

 

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