La Casa Real tiene un buen lío y el Presidente del Gobierno no dice toda la verdad

Pedro Sánchez y Felipe VI. / Mundiario
Pedro Sánchez y Felipe VI. / Mundiario
Hasta que se depuren responsabilidades y aflore la transparencia en la Casa Real, no solo en cuanto a sus bienes sino también para saber –de verdad– cuánto cuesta, parece difícil que pueda celebrarse un debate sobre la gran cuestión de fondo: si España quiere ser una monarquía o una república.
La Casa Real tiene un buen lío y el Presidente del Gobierno no dice toda la verdad

España está muy revuelta y no es para menos. El rey emérito Juan Carlos I –sin renunciar a su condición y con su presunción de inocencia aún intacta– anunció que se había marchado de España. Formalmente se lo comunicó este lunes a su hijo, Felipe VI, tras una “meditada decisión” ante la “repercusión pública” de las noticias sobre sus cuentas en paraísos fiscales y “para contribuir” a que el jefe del Estado –su hijo Felipe– pueda desarrollar su función “desde la tranquilidad y el sosiego” que el cargo requiere.

Un día después –este martes– el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho una declaración de principios en defensa de la monarquía constitucional. Pero tal vez está corriendo mucho, lo cual suele ser habitual en el tacticismo permanente en el que lo tiene instalado su hombre de confianza, Iván Redondo, experto en propaganda política.

Sobran las medias verdades

¿Por qué estaría corriendo mucho Pedro Sánchez y, de paso, diciendo medias verdades? Por varias razones, que podemos analizar en detalle, ya que la ocasión no merece menos.

“Aquí no se están juzgando instituciones, se está juzgando a personas y el rey emérito ha dejado claro que está a disposición de la Justicia”, dijo Pedro Sánchez. Si aquí es España, no es verdad. Si aquí significa otra cosa –Casa Real– no hay ninguna razón para que no sea así. De hecho, en España hay instituciones públicas y organizaciones políticas que han sido juzgadas y en algunos casos, condenadas. Sin ir más lejos el propio PP nacional, como persona jurídica, resultó condenado como beneficiario de un “sistema de corrupción institucional” (sic). Y en cuanto a instituciones, los casos más recientes fueron las condenas judiciales contra el Gobierno de Aragón por no dotar con suficientes equipos de protección a los sanitarios. Pero hay muchos más casos, a todos los niveles políticos. ¿Debe ser la Casa Real una excepción?

Más verdades a medias. Según el Presidente del Gobierno, todo lo relacionado con la salida de España del rey emérito lo ha hecho la Casa del Rey. No puede ser verdad. La monarquía española carece de poder y, en la práctica, depende del Gobierno. Y malo si no es así. Por tanto, el Gobierno es al menos corresponsable de todas las decisiones que se han adoptado. Otra cosa es que a Pedro Sánchez le incomode que lo que él decidió resulta que una ministra suya dice que está fatal. “Todo el mundo interpreta que (la marcha del rey emérito) tiene que ver con intentar eludir la acción de la justicia”, ha apuntado la ministra Irene Montero. Unas declaraciones que chocan frontalmente con la tesis defendida por La Moncloa, que ha alabado la conducta de Felipe VI y manifestado su respeto por la decisión de Juan Carlos I, muy alineado –parece– con la tesis editorial de El País, periódico para el que la conducta decepcionante y poco ejemplar de Juan Carlos I en sus últimos años de reinado no puede hacer olvidar su "insustituible contribución al progreso y la libertad de los españoles durante casi medio siglo".

“Felipe VI está tomando medidas de transparencia y ejemplaridad que todos los españoles deben valorar”, ha señalado también Pedro Sánchez. Hombre, "todos" es mucho decir, por no advertir de que se trata de una auténtica boutade –por muy eufemística que sea– en boca del Presidente del Gobierno.

Deberes previos a los exámenes

Antes de establecer tantas conclusiones, un proceso lógico en una democracia pasaría, primero, por exigirle al rey emérito que salde con las arcas públicas todo lo que sea legalmente procedente. Y en ese sentido debe ser la Justicia la que haga su trabajo, ya que España es un Estado de derecho.

En segundo lugar parece de libro que el rey Felipe VI debe hacer un ejercicio de transparencia, como hacen todos los políticos hoy en España, y detallar sus ingresos, sus gastos y su patrimonio. Y en este caso no vale decir, como hace Pedro Sánchez, que los ingresos y gastos de la Casa Real están en los Presupuestos Generales del Estado, porque no es verdad. Hay infinidad de gastos de la Casa Real que se imputan a distintos ministerios, empezando por los de Interior y Defensa.

Una vez resueltas y/o aclaradas todas esas cosas, los españoles tendrán más elementos para abordar la gran cuestión de fondo: si España quiere ser una monarquía o una república. El tacticista Iván Redondo también ganaría así tiempo para fijar la posición del PSOE, que a estas alturas debe de ser el único gran partido que no tiene bien definido lo que quiere hacer. Todos los demás o están con la monarquía o con la república, pero no están en tierra de nadie. El PSOE hace tiempo que no alude al modelo de Estado para España en sus programas, a pesar del republicanismo tácito de buena parte de su electorado. @mundiario

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