Canción para ese día

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy en su encuentro en La Moncloa. / Twitter.
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy en La Moncloa. / Twitter.

Nada debe negar la constancia, la habilidad y la valentía democrática de Pedro Sánchez de plantar cara al impasse político, tan confortable para el poder. Esto debemos resaltarlo, incluso los que no somos socialistas y confiamos en su promesa de instaurar una España plurinacional.

Dicen que la Federación Internacional de Botánicos (FIB) estudia qué especie milagrosa de flor adorna las posaderas de Pedro Sánchez que, arrostrando todas las dificultades, naufragios y asechanzas, ha situado la mente colectiva del país en otra dimensión racional y emocional.

Cierto es que el cansino Mariano Rajoy le puso, poco a poco, las cosas fáciles: nos transmitió a todos una suerte de condescendencia con la corrupción y, cual pesadilla mineral, la pasividad hecha motor de nada y hasta cierta frivolidad de gobernante zumbón con sus trabalenguas inexplicables, en espiral, redondos en su inconsecuencia chistosa. Algo tan alejado del “y punto” de Fraga como del descomprometido “ya veremos”, ambos tan inconsecuentes.

Pero nada de ello debe negar la constancia, la habilidad y la valentía democrática de Pedro Sánchez de plantar cara a aquel impasse político, tan confortable para el poder. Esto debemos resaltarlo, incluso los que no somos socialistas y confiamos en su promesa de instaurar una España plurinacional.

La mente colectiva del país ha cambiado. Hay un hálito de esperanza, de alegría, diría yo, contenida pero real. Ante ello, si nos faltasen las palabras, que no los sentimientos, podemos acudir a los poetas, que las tienen “a feixes”. Gil de Biedma, por ejemplo: “He aquí que viene el tiempo de soltar palomas en mitad de las plazas con estatua. Van a dar nuestra hora. De un momento a otro sonarán campanas, que son como voces de algo nuevo”. ¿Será verdad?

Entretanto, el Partido Popular se afana y entretiene en sus peculiares primarias con participación del 5 por ciento de sus militantes. “Y me tapo los oídos y no puedo dejar de oír esas voces que me cantan aquí dentro”. @mundiario

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