¿Campos de concentración en el siglo XXI?

Musulmanes detenidos en un campo de 'reeducación' en la región china de Xinjiang. / Human Rights Watch
Musulmanes detenidos en un campo de "reeducación" en la región china de Xinjiang. / Human Rights Watch

Los centros de adoctrinamiento que el Gobierno de Pekín ha puesto en marcha para “reeducar” a los musulmanes son una abominación y un verdadero escándalo. Es inmoral y una grandísima transgresión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

¿Campos de concentración en el siglo XXI?

Ser musulmán en el mundo en el que vivimos actualmente no es tarea fácil, sobre todo para los que profesan esta religión en algunos países no musulmanes. La representación de este colectivo tanto en los periódicos, como en la televisión, las redes sociales y la radio, se ve plagada de referencias negativas. La imagen de éste es nefasta asociándolo, así, a conceptos como la violencia, la barbarie, el terrorismo, el analfabetismo y la clandestinidad.

A pesar de que la segregación religiosa sea una forma muy grave de injusticia, en China se está maltratando a más de un millón de musulmanes por ser musulmanes. Sí, en el siglo XXI se están destruyendo mezquitas y creando campos de concentración en los que los musulmanes –la mayoría uigur y kazajos- son confinados en contra de su voluntad, torturados, obligados a cesar su práctica religiosa y forzados a hablar mandarín y no su idioma. Todo ello pretextando la lucha contra el extremismo islamista.

Unos campos de concentración en los que solo faltan hornos de incineración y en los que se castigan duramente las creencias religiosas pero que el gobierno chino prefiere llamar ‘centros de formación profesional’ para luchar contra el radicalismo.

Una persona radical es una mujer que fue internada en uno de estos campos porque “se sabe que hace algunos años llevó un velo”, varias personas que fueron enviadas por solicitar un pasaporte. Otro caso que nos alarma es el de un joven de 28 años que fue internado porque “el enlace de internet al que hizo clic en el celular llevo de manera involuntaria a una página web extranjera”. Quince años de prisión para un hombre por “contacto por internet con personas del extranjero”. Lamentablemente, se pone en reeducación también a personas que, aunque no han hecho absolutamente nada, sus familiares han llevado el velo o están en el extranjero. Tener intención de viajar al extranjero o tener más hijos que los autorizados también son vistos como “signos de radicalización”.[1]

Los motivos de internamiento declarados son (en orden de más a menos detenidos por esa razón): violación de las políticas de control de nacimiento, ‘no es digno de confianza’, motivo religioso, vínculos en el extranjero, persona detenida anteriormente, notificación de IJOP[2], cometió un crimen formal y vínculos con personas sentenciadas a prisión. [3]

Un video que apareció en la red grabado con un dron muestra esta realidad. En él se pueden ver cientos de hombres chinos musulmanes esposados, la cabeza rapada, de rodillas algunos, otros en fila para subir en trenes que les llevarán a los “campos de formación profesional”. Estas imágenes dieron la vuelta al mundo. La televisión británica sometió al embajador de China a este video, ¿su respuesta? “No veo bien, no es la primera vez que me enseñan esto. El año pasado me enseñasteis lo que está pasando en Xinjiang.” Sigue negando cualquier control de la populación: “desde 40 años la populación uigur aumenta, en Xinjiang ha doblado, y no hay ningunas supuestas restricciones de la populación ni abortos forzados, nada de todo esto”.[4]

Son 27 los países que piden a Naciones Unidas una investigación sobre las prácticas que el Gobierno chino está llevando a cabo y su grave violación de los DDHH. A lo que Pekín responde que son “rumores” y “calumnias”.

Estos centros de adoctrinamiento que el Gobierno de Pekín ha puesto en marcha para “reeducar” a los musulmanes son una abominación y un verdadero escándalo. Es inmoral y una grandísima transgresión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Incluso se puede considerar un genocidio en palabras de la experta Smith Finley de la Universidad de Newcastle. No solo se detiene a personas inocentes para ‘reeducarlas’ con abusos horribles y brutales y trabajos forzosos, sino que, además, según mujeres de la región que han sido entrevistadas, se han visto esterilizadas forzosamente bajo pena de ser enviadas, ellas también, a esos campos de concentración.

También son secuestrados, algunas mujeres violadas, forzados a comer cerdo y beber alcohol (prohibidos en su religión) y sometidos a un importante programa de adoctrinamiento (aprender mandarín a la fuerza, saberse cantos patrióticos…). Además de coranes que son quemados y prohibición de escuelas islámicas. Según el presidente chino en los papeles filtrados por el New York Times “No debemos tener ninguna piedad por los uigur” o “Debemos de utilizar los métodos de la dictadura popular para eliminar el islam radical en la provincia de Xinjiang”.  

La diversidad en la especie humana, tanto biológica como cultural, es la clave de la unidad y harmonía para un progreso sano y justo. Parece que la dictadura china no es capaz de comprender esto y por ello estamos asistiendo a la erradicación de una identidad, una cultura y una lengua. ¿Es esto un nuevo holocausto en el siglo XXI? 2mundiario

 

[1]Uigures en China: los motivos por los que China detiene a los miembros de esta minoría musulmana”, BBC News Mundo, 19 de febrero de 2020, En: <https://www.bbc.com/mundo/noticias-51531714>

[2] Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas

[3] BBC, Op. Cit.

[4] TV5 Monde Info, En: <https://www.youtube.com/watch?v=0klXJsmrFJA>

 

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