La campaña electoral en Uruguay

Sede de la Presidencia de la República de Uruguay. / Mundiario
Sede de la Presidencia de la República de Uruguay. / Mundiario
La campaña electoral en Uruguay

En Uruguay, terminadas las elecciones internas o primarias parar elegir los candidatos a la presidencia de la república por los distintos partidos, vivimos en pleno proceso de campaña electoral. Serán una de las elecciones más competitivas de los últimos tiempos, donde el Frente Amplio busca alcanzar su cuarto gobierno sucesivo y la oposición siente que puede ganar las próximas elecciones, atendiendo a las diversas encuestas. Hay una novedad en el sistema político y es su fragmentación, en la medida que surgen varios partidos, alrededor de 8, con aspiraciones a lograr escaños parlamentarios. En la extrema derecha surge la candidatura del destituido ex comandante en jefe del ejército Manini Ríos, que sin competencia tuvo una muy buena votación en las internas. Los acontecimientos internacionales llegan tarde a Uruguay, pero esta vez no demoraron la influencia de la extrema derecha con Bolsonaro en Brasil y de sus avances en Europa y EE UU. La candidatura de Manini Ríos es una especie de representación de la corporación militar en el Uruguay. Otro personaje de la extrema derecha lo constituye la candidatura de Novick, empresario transformado en político, pero que prácticamente se desinfló en las elecciones internas.

En la derecha ubicamos al partido Nacional con la candidatura de Lacalle Pou. La tradición del herrerismo y de su padre, expresidente de la república, lo marcan con posiciones conservadoras y de derecha. Importa destacar que hasta el momento el partido Nacional no ha mostrado un programa común, pero siguen una posición internacional liderada por los EE UU y en el plano económico, una línea cercana al neoliberalismo y donde la urgencia y la prioridad está definida por el ataque al déficit fiscal. La posición wilsonista se desinfló en las elecciones internas marcando el predominio de una ideología de derecha. Vale resaltar el esfuerzo de Lacalle Pou para no aparecer en la extrema derecha, con intentos marketineros de acercarse al centro. Es un firme candidato para llegar al ballotage de noviembre. Hay una incógnita en el partido Nacional que surge con la presencia de Sartori, millonario empresario, que metió mucho dinero en su campaña de las internas, que compró votos, que profundizó las noticias falsas y culminó  logrando el segundo puesto en las elecciones internas. Se va a presentar al senado. ¿Mantendrá la misma cantidad de votos que quedarán en el partido Nacional?

El partido Colorado lo ubicamos también en posiciones de derecha, donde las alas progresistas del pasado han desaparecido. Aparece una figura completamente nueva en el escenario político nacional como lo es Ernesto Talvi. Un economista ortodoxo con posiciones muy firmes que se transforma en político en muy poco tiempo y le gana en las  elecciones internas al dos veces presidente de la república Julio María  Sanguinetti. Economista de derecha hace un gran esfuerzo para mostrarse políticamente en el centro.  Aspira llegar al ballotage, para lo que debe ganarle a Lacalle Pou en las elecciones de octubre. Y esta es la primera gran competencia de la campaña electoral: ¿ quien llega segundo a disputarle el ballotage al Frente Amplio? 

Si seguimos corriéndonos desde la derecha hacia la izquierda encontramos en el centro al partido Independiente que intentó crear un movimiento socialdemócrata pero que fracasó en su intento y terminó votando muy mal en las elecciones internas. Hoy cuenta con un senador y dos diputados que  no le va a ser sencillo mantener. Es evidente que su candidato Pablo Mieres, ex Frente Amplio, ha tenido un fuerte corrimiento hacia posiciones de los partidos tradiciones, porque su prioridad ha sido que el Frente Amplio no llegue a su cuarto gobierno consecutivo. 

Sin duda en octubre el Frente Amplio va a ser la primera fuerza del país, aunque seguramente no podrá alcanzar la mayoría parlamentaria como en las últimas tres elecciones. Las dificultades de ganar se genera en el ballotage o segunda vuelta, que será contra Talvi o Lacalle Pou. No porque estos sean muy buenos candidatos sino por los descontentos que surgen en la sociedad. Hay problemas de seguridad y de empleo, pero también hay desencantos. 15 años de gobierno desgastan, pero también los logros alcanzados son extraordinariamente importantes, sobre todo en mantener la democracia plena y los notables avances hacia la igualdad, paradigma central de la izquierda. Ganar a los que votan por primera vez y convencer a los descontentos será vital para que el FA llegue al cuarto gobierno sucesivo y consecutivo. En estos días el candidato Daniel Martínez habla de políticas de estado, de diálogo con sus contrincantes en un esfuerzo para ganar votos del centro. El  FA es el único partido que tiene un programa común desde diciembre de 2018, donde se mantienen los logros y se avanzan en cambios derivados, entre otros, de los permanentes avances  tecnológicos. La real competencia se da entre la derecha – Lacalle Pou o Talvi – y la izquierda- el FA- con Daniel Martínez.  Existe un gran temor de que si ganara la derecha se afectarían muchos de los grandes logros alcanzados en estos años por los gobiernos de izquierda. La Argentina de Macri y el Brasil de Bolsonaro son dos claros ejemplos de lo negativo que pueden generar los gobiernos de derecha. Sería muy relevante que ganara el Frente Amplio con su programa, con sus ideas de izquierda, no solamente para el Uruguay y su sociedad, sino para la América Latina, donde la izquierda no pasa por su mejor momento. 

En la extrema izquierda aparece Asamblea Popular que hoy cuenta con un diputado. Es un pequeño desprendimiento del FA, muy ideologizado y con propuestas alejadas de la realidad. @mundiario

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