El Camino de Santiago, garantía de unión y de convivencia

Ya hemos visto en esta sección del Camino de Santiago de MUNDIARIO que la Calle Mayor de Europa –léase el Camino de Santiago– nos coloca ante el propio cordón umbilical de Europa, a la espera de una Europa que se haga fuerte sobre la base de una actitud mental: el deseo de los europeos de caminar juntos. Y eso es así también porque las ideas de progreso y esperanza son rasgos definitorios del Camino de Santiago, de modo que éste se convierte en un buen ejemplo a seguir. Se trata de construir una Europa más cohesionada y no solo por razones de pura economía, sino también en base a los principios y valores que compartimos, con anclaje en nuestra historia común.

¿Es también el Camino de Santiago un referente para una Europa en busca de horizontes?, nos preguntamos en otro momento de la serie, para concluir que como los referentes siempre son importantes, no perdamos de vista que “Europa se hizo peregrinando a Compostela”, como decía Goethe, de ahí que el Camino de Santiago sea un denominador común entre las gentes y los pueblos de Europa. En definitiva, el Camino de Santiago forma parte de un imaginario colectivo, conjunto de símbolos y conceptos que se proyectan sobre la vida cotidiana de millones de europeos.

La Academia Xacobea se plantea como uno de sus objetivos la difusión y promoción de los valores universales presentes en el europeísmo, capaces de traspasar fronteras territoriales, ideológicas y religiosas, para ser consideradas patrimonio de la humanidad, como el Camino de Santiago. Sería, pues, una garantía, no solo de la unión en Europa, sino también de la convivencia entre los pueblos del mundo. Por eso solemos invitar a todos a que participen del espíritu de universalidad, concordia, paz y solidaridad que están presentes en nuestros objetivos. @mundiario