Boobs Nation: cuando Hitomi Tanaka desapareció bajo la lluvia de ardillas
Hitomi Tanaka contempló la hermosa lluvia de pieles entre el ruidoso líquido de los semáforos, y se puso el bozal y miró hacia la última estrella.
Sus pechos eran nitroglicerina y, antes de abandonar el mundo, Hitomi se puso el bozal y miró hacia la última estrella. Llovían las ardillas. Su dedo acusador se retrajo y la saliva luminosa de su boca nos recordó que un ser brillante siempre es la esperanza.
Las ardillas que treparon el cielo amaron el porno televisivo y los cacahuetes con forma de paloma. Los insultos, el vacío en un renglón insoportable, la política, los gasterópodos, la sublime poesía de Ezra Pound y los pechos de Hitomi Tanaka influirían en la destrucción del mundo, en esa probable espiral de violencia incandescente que nutrió a la madre tierra antes de ser escenario de una película X japonesa.
Desde Boobs Nation alguien más grande que yo te ama profundamente, invariablemente, troceando los dedos del asesino que quiso robarte tu imagen de gravure.