El Banco de España justifica los estímulos del BCE con la necesidad de evitar la deflación

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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos / La Vanguardia.
“Estoy entre los que piensan que esta crisis es esencialmente desinflacionaria. Los riesgos deflacionarios han aumentado", dijo el gobernador de la entidad.
El Banco de España justifica los estímulos del BCE con la necesidad de evitar la deflación

La prioridad del organismo que controla y administra los flujos monetarios de la economía continental más fuerte del mundo, que es la de la Unión Europea con un PIB conjunto que asciende a los 18 billones de dólares, solo un peldaño por debajo del de Estados Unidos (US$ 19 billones), es impedir que su sistema económico, empresarial y comercial de desacelere, no por el encarecimiento del costo de la vida, sino por la escasez de liquidez para inyectar gasto público en euros a fin de satisfacer la demanda monetaria, todo esto con el objetivo de eludir el riesgo de una deflación, que es todo lo opuesto a la tan temida, y muy  común por estos días, inflación. El Banco de España ha lanzado una advertencia con respecto a ese escenario no descartado ni descartable.

Y es que “el incremento de la preocupación del Banco Central Europeo (BCE) por la creciente amenaza de deflación en la zona euro explica en parte la decisión de la institución presidida por Christine Lagarde de aumentar la potencia de sus medidas de estímulo”, según ha señalado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una entrevista con la agencia Bloomberg News.


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La posición de la máxima autoridad monetaria española es que la economía de la eurozona debe mantenerse estimulada y bien surtida de oferta de dinero, es decir, de una masa monetaria orgánica no inflacionaria de euros circulantes, pues la escasez de liquidez podría generar una espiral de contracción de los precios, cuyo efecto serían tan o más perjudicial que el de la inflación por la falta de estímulo en la valuación del sistema monetario y de la apreciación de la divisa europea frente a otras divisas competidoras, como el dólar estadounidense, la libra esterlina y el yuan chino.

“Estoy entre los que piensan que esta crisis es esencialmente desinflacionaria. Los riesgos deflacionarios han aumentado y esa es una de las razones por las que el BCE está tomando las medidas que está tomando, para garantizar que el riesgo no se materialice”, afirma Hernández de Cos.

La advertencia de España a Bruselas es clara; no se puede dejar de inyectar estímulos en una economía que no tiene riesgo de inflación, sino más bien de una deflación marcada por la excesiva estabilidad y confianza del euro en el mercado, lo que la hace una de las monedas más sostenibles, sólidas y preservantes del valor de la economía mundial como instrumento de respaldo a la par de la divisa norteamericana.

De hecho, existe el temor de que la pandemia pueda llevar a la zona euro a una espiral de caída de precios similar a la depresión, y arrastre también a los salarios si no se contrarresta el golpe a la economía. Ese escenario tendría lugar si el BCE no expande la masa monetaria por la vía de la inyección de liquidez orgánica en créditos y subsidios financiaros a los gobiernos y bancos centrales de la zona euro.

El gobernador no descarta la posibilidad de que el Consejo de Gobierno del instituto emisor de la eurozona, dirigido por Christine Lagarde, discuta en el futuro la compra de bonos que queden por debajo del grado de inversión -los llamados ángeles caídos- como otra medida de estímulo. Con esa medida, Bruselas financiaría las deudas de varios Estados miembros y así se incrementaría la circulación y la liquidez global en euros en toda la UE para evitar que los precios y la economía se abaraten a niveles demasiados bajos.

“Cuando la incertidumbre es muy alta, por ejemplo, cuando existe el riesgo de baja inflación o incluso deflación, la respuesta de la política monetaria debe ser aún más contundente e incluso más rápida”, defiende Hernández de Cos, para quien “no tiene sentido dudar hasta el último minuto”, por lo que a la hora de intervenir apuesta por el lema de “cuanto antes mejor”.

El BCE decidió comprar 600.000 millones de euros en deuda como una medida de estimulación fiscal e inyección de capitales para mantener los flujos activos, dinámicos y darle movilidad a los circulantes y excedentes bancarios que apalanquen las reservas de los Estados miembros para dotarlos de más liquidez. Hernández de Cos dijo que “la demanda seguirá siendo débil en los próximos meses, incluso cuando se levanten las medidas de confinamiento”. Por esa razón, es indispensable que la oferta de dinero se incremente para que la demanda crezca y el consumo se reanime a largo plazo de forma sostenida con miras a evitar que los precios bajen demasiado por la escasa demanda de bienes y servicios.

“Es probable que los consumidores se mantengan cautelosos y sigan ahorrando mientras se preocupan por perder sus empleos o la amenaza de un nuevo brote de coronavirus”, dijo el gobernador, citando una alta correlación entre las tasas de desempleo y ahorro en España. @mundiario

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