Antonio Porchia el autor genial de un solo libro de fragmentos

Antonio Porchia
Antonio Porchia, poeta. / RR SS.

Antonio Porchia (Conflenti, Italia, 1885, Buenos Aires, Argentina, 1968). Hasta donde sé es un autor de un solo libro, una sola obra, Voces, un conjunto de aforismos y de poemas.

Antonio Porchia el autor genial de un solo libro de fragmentos

La primera edición es de 1943, segunda edición ampliada y reducida o podada al mismo tiempo, Nuevas Voces.

En cierto modo, me recuerda a Jorge Manrique o a Juan de la Cruz, con unos cientos de versos han sido aceptados en la máxima academia de la literatura. En el caso que estamos comentando con unos cientos de aforismos y una serie de poemas cortos. Al menos, de lo que ha quedado o se ha encontrado para la posteridad. Suponemos que en el futuro se encontrarán nuevos fragmentos de prosa o de poesía o de aforismos, o incluso se incluirán de la primera edición que quedaron anulados en la segunda.

- La tradición mundial ha creado y ha hecho germinar este género del fragmento corto o microcorto y, que en él se encuadran multitud de matices, con distintos nombres: sentencias, aforismos, adagios, máximas, proverbios, fragmentos, etc. que intentan encerrar en una frase o en un pequeño párrafo de varias frases un estado de la mente o, y un estado de la realidad.

Quizás este subgénero nació en la más profunda antigüedad, por la necesidad de reducir frases e ideas, para recordar-memorizar-conceptualizar, y después para la dificultad de conservarlo, sea en piedra, papiro, arcilla, etc. Al final las sentencias literarias son en el principio jurídicas o religiosas, o ambas cosas a la vez…

En muchos sentidos, a mi me recuerda mucho a las Greguerías, de Ramón Gómez de la Serna, al menos algunos de esos aforismos, otros, parece que tienen mucha influencia de la filosofía oriental, taoísmo o Zen. Ciertamente, algunos podrían ser claros predecesores de Cioran.

- Podríamos indicar, que cada época, está habitada por determinadas maneras y formas de entender y comprender el mundo o de entenderse y comprenderse en el mundo, sea éste el Natural, sea el Social o sea el Cultural o el Metafísico.

Todos estos autores, diríamos de la primera mitad del siglo veinte, incluso los de América del Sur, están muy influidos por los acontecimientos de las dos guerras mundiales, y esa filosofía vitalista-existencialista que impregna todo. También, diríamos todos los componentes culturales que construyen o realizan los seres humanos…

No descarto esa estructura de angustia, de distancia, de paradoja, de polémica, de absurdo que rezuman algunas de sus frases cortas, por ejemplo: “Se vive con la esperanza de ser un recuerdo”.

- Siempre he creído que la gran literatura está entre la poesía, la filosofía o metafísica, la religiosidad y espiritualidad. En estos tres grandes campos, y algunos más, se juega el verdadero partido del ser-estar de la palabra-concepto-realidad. Es decir, en los límites de la conciencia y consciencia humana, incluso en los límites de la realidad. Cada autor, diríamos que aporta su originalidad o creatividad o percepción o experiencia o vivencias, o simplemente sus estructuras de entender-comprender el mundo-cosmos interior y exterior, interior a un sujeto, interior a la colectividad humana y a la especie humana, y el exterior, todo lo posible y real de lo exterior, lo natural y todo lo creado por el ser humano, y todo lo que puede existir. Es decir, convertir el caos en cosmos, y el género o el arte o el saber o el subgénero, es lo de menos importancia, sea novela o sea tratado científico o sea aforismo o sea poesía o sea pintura…

En definitiva, es romper el lenguaje para ir detrás del espejo y plumas del lenguaje y de la lengua. Es ir, es ir más allá del ir. La poesía es metapoesía y la filosofía es metafilosofía, y el arte es metaarte, que en definitiva son formas de indicar, que los lenguajes humanos son muy limitados, sean las artes que sean, sean palabras o sean imágenes o sean conceptos o sea lo que sean. Rompemos el lenguaje yendo más allá de ello. Eso es lo que hace la humanidad, para intentar entenderse-comprenderse en el cosmos, cosmos interior y cosmos exterior. Muchas veces, caos interior, caos exterior. Intentar reducir o limitar el caos, y se convierta en orden-cosmos.

- La vida es una paradoja, un ser humano, Porchia, que nunca se consideró escritor, ni pensador, quizás sea ambas cosas, y de los más profundos, y quizás con el tiempo, se considere una de las grandes voces y luces de la literatura en castellano o en español, incluso una de las grandes perspectivas de la literatura mundial de la primera mitad del siglo veinte. Una persona que con un solo libro, supongo que se podrían recoger todavía materiales guardados o medio escondidos, antes que se terminen de perder-destruir, para ampliar un poco más la producción, pero sería, sería lo mismo un solo y único libro ampliado, y quizás otro, otro de cartas.

Con “1.182 voces”, frases, a mitad de camino entre el aforismo y el verso corto, ha llegado a encontrar aspectos recónditos del alma humana. Al final, un escritor-pensador-filósofo-artista, la única función que tiene, es que nos descubra-desvele aspectos de lo real, real interior y real exterior. Y después, vengan las ciencias sociales y nos encuentren explicaciones con el método científico.

Para terminar, siempre el doble consejo, lea a este autor, con tranquilidad y sosiego, y terminemos este modesto artículo en su homenaje, con una de sus voces: “Estás triste, porque te abandonan y no estás caído”. @mundiario 

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