Noches en los Jardines del Alcázar de Sevilla

Anabel Valencia, cante esencial como el viento o como el fuego

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Anabel Valencia y Curro Vargas @actideacultura

La cantaora lebrijana regresa con su espectáculo flamenco “De Lebrija vengo” a las noches en los Jardines del Alcázar de Sevilla. El próximo 1 de septiembre es la última fecha programada para Anabel Valencia en esta edición. 

 

Anabel Valencia, cante esencial como el viento o como el fuego

La innovación y la experimentación son la esencia de la creación. Buscar los límites inexplorados construyendo una nueva senda que otros recorrerán buscando su propio camino. En eso consiste el arte y la vida. Pero también se hace necesario volver la vista atrás, reconocerse en las raíces, en el sentido profundo, recordar por qué las cosas algún día se hicieron así. No se trata de un ejercicio de nostalgia vana, sino de hallarse a salvo en mitad del mar. Como quitarse los zapatos de tacón al subir al escenario para sentir el contacto de las tablas en los pies desnudos.

Precisamente eso es lo que hizo Anabel Valencia en el escenario de las Noches en los jardines del Real Alcázar en la tercera de sus actuaciones programadas en este ciclo que refresca con cultura segura las noches sevillanas. Flamenco esencial y puro del que viene de lejos, del que expresa un sentimiento que tiene que brotar por algún sitio. Traje color vino o magenta primordial, esencial y puro.

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 Anabel Valencia y Curro Vargas en las Noches de los Jardines del Alcázar de Sevilla @actideacultura

Con el bar del Real Alcázar cerrado y decretadas las necesarias medidas de higiene, protección y distancia social, anda el ambiente un poco frío de arranque. Cuando la pureza va a salir al escenario se echa en falta el faro del “capillita” flamenco que ilustre la velada. Ese “arrimao” que anda náufrago por la pandemia sin oídos a los que engancharse. Distancia social que se hace océano y que trata de salvar en vano hablando en voz viva, armándose de mascarillas transparentes o dándose un buen baño de perfume.

No es que a Anabel Valencia le haga falta presentación, pero hoy era noche para puristas. Estar, están, pero andan camuflados bajo las mascarillas. El tino en las palmas y el acierto en colocar el ole en el momento justo los delatan. De Lebrija viene Anabel, acompañada de Curro Vargas a la guitarra y Juan Diego Valencia al cajón. Curro arropa elegante y armando el toque con arabescos dignos de palacio. Juan Diego mima y cuida a la cantaora que vino con la verdad por delante.

No hay palacio que pueda con el corazón de la lebrijana, que canta con verdad y con pasión. Palos clásicos que se convierten en vehículos naturales de la expresión de sentimientos eternos al alma humana. Palabras de desamor y de dolor que encuentran en la soleá y la bulería su cadencia cardíaca exacta. Cantes desgarrados que Anabel hace creíbles como nadie. Cuando aparta el micro, no lo hace para cantar a capella, sino para cantar a los ojos del público que salta del asiento como un resorte para aplaudir en pie. No hay disimulo, ni medias verdades. Cante esencial. Con el alma en cada compás.

Como escribe el poeta lebrijano Jacobo Cortines en unos versos que bien podrían aplicarse al cante de Anabel Valencia,  “Desde el dolor, el odio, la mentira, / la fría soledad y la tristeza; / desde el error, la injuria, el abandono, / los amargos castigos y derrotas, / hacia ti voy, amor, para saberme /salvado en tu presencia”.

Anabel Valencia regresará a las Noches en los jardines del Real Alcázar el día 1 de septiembre de 2020 en lo que será la cuarta y última actuación en esta edición de 2020. @mundiario

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