El abaratamiento de la gasolina tumba los precios en España un 1% en mayo

Una gasolinera.
Una estación de servicio de Carrefour en Madrid / eleconomista.es
Este comportamiento regresivo del sistema de precios deja entrever que la tendencia de la economía española apunta hacia un abaratamiento importante en las estructuras de costos.
El abaratamiento de la gasolina tumba los precios en España un 1% en mayo

No son muchos los elementos de la economía española que generan shocks externos positivos para la población. Pero siempre hay uno que otro, y ese es el combustible. El abaratamiento de la gasolina les ha dado un nuevo respiro a los españoles. Al menos, la movilidad dentro de su reducido margen de subsistencia socioeconómica por el ineludible impacto de la pandemia de coronavirus, se ha visto un poco más holgada con esta caída en el precio de los carburantes.

Y es que los precios generales del sistema económico y comercial del país cayeron un 1% en mayo frente al mismo mes del año pasado por el descenso de los combustibles, en el mayor retroceso de la tasa anual del índice de precios de consumo (IPC) desde hace cuatro años y en mitad de la pandemia de la Covid-19.

Esto implica que, por ejemplo, lo que costaba 50 euros en abril, este mes puede registrar un valor de 49,5 o 48 euros. Si bien no es una diferencia amplia, el índice de precios unitarios y la inflación por costos unitarios acumulan una contracción en la inflación general que puede representar un ahorro de hasta 5% o 10% en los presupuestos familiares de los españoles con base en sus ingresos netos por persona que promedian un salario mínimo, como piso, de entre 900 y 1.050 euros al mes.

Según el indicador adelantado del IPC publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), “la tasa de variación anual de mayo, que ahonda en tres décimas la caída del 0,7 % de abril, refleja el descenso de los precios de los combustibles y carburantes mientras siguen al alza los alimentos, aunque a un ritmo más moderado”.

Este comportamiento regresivo del sistema de precios deja entrever que la tendencia de la economía española apunta hacia un abaratamiento importante en las estructuras de costos de las empresas y los comercios debido a que el Gobierno y el Estado han tenido que importar menos petróleo y combustible por el impacto de la pandemia en el comercio exterior, en la industria petrolera, en sus precios y en la capacidad del Ejecutivo para realizar un gasto de esa magnitud en medio de un auge exponencial de las demandas sociales, económicas y sanitarias debido a la crisis.

España ahora importa mucho menos petróleo que el que solía traer hasta hace 4 meses antes del estallido del brote en su territorio, aunado al hecho de que la poca rentabilidad de la industria petrolera debido a la caída exponencial de la demanda global se traduce en una importante recesión en la compra de crudo por parte de un país como España que, en este momento, no tiene la estabilidad financiera, fiscal y presupuestaria para hacerlo.

En concreto, “los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron en tasa anual en mayo un 3,5 %, frente al 4 % de abril; con un incremento del 5,4 % para los frescos, también por debajo de la tasa de abril, y del 2,3 % en envasados, una décima más que el alza de abril”, según el INE. @mundiario

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