A 7 días de las elecciones, la Casa Blanca dice que EE UU no va a controlar la pandemia

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El jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows / CNN.
Esto implica que el Gobierno con los mayores recursos financieros, logísticos, diplomáticos, políticos, industriales y militares del mundo no prevé hacer nada para controlar el brote de la Covid-19 en su territorio.
A 7 días de las elecciones, la Casa Blanca dice que EE UU no va a controlar la pandemia

Lo que podría calificarse como un tropiezo que le costaría miles, o sino millones de votos, al presidente y candidato Donald Trump, es realmente una admisión de hechos sobre la irónica estrategia del país más poderoso del mundo para enfrentar la tercera pandemia vírica más devastadora de la historia de la humanidad, que precisamente, tiene su actual epicentro mundial en territorio de los Estados Unidos de América, y justo en medio de la peor recesión de la primera economía del mundo en el siglo XXI a solo siete días de sus elecciones presidenciales, que tienen en vilo al planeta entero. 

Y es que luego de que Trump asegurara en febrero que el virus simplemente iba a “desaparecer”, pero ahora tiene en sus hombros la responsabilidad por omisión de más de 7 millones de casos y más de 216.000 muertos por Covid-19, ahora el Gobierno estadounidense ha revelado su verdadera intención, que explica mucho por qué el presidente simplemente no ha hecho nada para contener el virus; como el confinamiento o la aplicación de restricciones a la movilidad urbana de un país tan agitado como EE UU.


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“No vamos a controlar la pandemia”, ha dicho a la cadena CNN Mark Meadows, jefe de Gabinete de la Casa Blanca, en declaraciones desde Washington DC este lunes. “Vamos a controlar el hecho de que tendremos vacunas y tratamientos. La pandemia no puede ser frenada porque es un virus contagioso como el de la gripe”, aseguró.

Esto implica que el Gobierno con los mayores recursos financieros, logísticos, diplomáticos, políticos, industriales y militares del mundo no prevé hacer nada para controlar el brote de una enfermedad que tiene el 20% de sus muertes a nivel mundial en suelo estadounidense.

De hecho, atribuyéndose las facultades analíticas de un médico o de un funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el jefe de Gabinete de la Casa Blanca afirmó sin pruebas científicas o epidemiológicas que la pandemia de coronavirus no puede detenerse a través de las medidas de restricción que han aplicado más de 180 países en todo el mundo, excepto Estados Unidos, por la omisión deliberada del presidente Trump, quien busca ganarse cuatro años más en la Casa Blanca.

"Incluso sin la vacuna, estamos pasando página a lo peor de la pandemia, se va a acabar", aseguró Trump durante un mitin este pasado domingo en Manchester, ciudad ubicada en el estado clave de Nuevo Hampshire (región estadounidense de Nueva Inglaterra).

Asimismo, el presidente también afirmó sin evidencia ni base médica-científica que la pandemia puede erradicarse, al menos de los Estados Unidos, sin el uso de la vacuna. ¿Es esto solo retórica política de Trump para ganar más adeptos en la base radical de ciudadanos escépticos ante la gravedad de la pandemia, guiados por el discurso negacionista de su líder, o es una especie de lapsus argumentativo que el mandatario emplea solo para instaurar en la opinión pública la idea de que es más importante recuperar la economía del país que acabar con la pandemia y salvar miles de vidas? 

Las reacciones de la antítesis progresista de Trump no tardaron en llegar. El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, tildó de "alucinante" la afirmación de Meadows al opinar que esa declaración “significa que la Casa Blanca se ha rendido a la hora de proteger a los estadounidenses de la pandemia”.

Efectivamente, al ser ahora la Casa Blanca (el centro del poder económico, político, geopolítico, diplomático y militar mundial) un nuevo brote de propagación de la Covid-19 tras el contagio de Trump y su esposa Melania, ahora con la infección de cinco asesores del vicepresidente Mike Pence, la estrategia discursiva del Gobierno ha quedado eclipsada por la influencia que los CDC y el epidemiólogo jefe de EE UU, el doctor Anthony Fauci, han tenido en la población para guiar a los estadounidenses sobre qué hacer y cómo protegerse de la pandemia; un funcionario sanitario al que, sorprendentemente, Trump ha tildado de “idiota”.

"Esto no ha sido un desliz de Meadows, ha sido una admisión cándida de lo que ha sido claramente la estrategia del presidente Trump desde que comenzó esta crisis: ondear la bandera blanca de la derrota y confiar en que, ignorándolo, el virus simplemente se irá. No se ha ido, y no se irá", señaló Biden en un comunicado.

Por lo tanto, esta declaración que evidencia conformismo o subordinación logística del Gobierno estadounidense ante la pandemia, solo confiado en la vacuna como un elemento político más del discurso electoral de Trump, podría pasarle factura al presidente y candidato republicano en los estados más perjudicados por la Covid-19; California, Texas, Florida, Michigan y Wisconsin, que serán determinantes en la elección del próximo 3 de noviembre. @mundiario

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