500 años de las Cortes de Carlos I en A Coruña, de donde partió para coronarse emperador

Plano de A Coruña. / Pedro Texeira
Plano de A Coruña. / Pedro Texeira
Carlos I embarcó por la puerta de San Miguel con destino a Flandes el 20 de mayo de 1520, con una flota comandada por el noble gallego Fernán Pérez de Andrade.
500 años de las Cortes de Carlos I en A Coruña, de donde partió para coronarse emperador

En estos ya largos días de confinamiento son muchos los que procuran hacer un mínimo de ejercicio en el hogar, para mantener el estado físico, y mental. Esta semana me dispuse a pedalear cuarenta minutos en bicicleta estática, pero tanto tiempo parece que debe ser aprovechado, así que de paso tomé de la biblioteca un libro al azar. Se titulaba "La Coruña a través del tiempo" (1999) y su autor es el conocido historiador de nuestra ciudad Jesús María Reiriz Rey. Es una obra cómoda de leer, práctica, entretenida, transmite con sencillez y rigurosidad, y organiza la sucesión de hechos históricos a través de su evolución cronológica.

Tras repasar algunos motivos, todos de interés, como la presencia de Julio Cesar en Brigantium (A Coruña) en el año 61 a. C., la ocupación de la ciudad por parte del rey de Portugal en 1369, diversas epidemias y siniestros que asolaron A Coruña, la inauguración de los primeros juegos florales en Galicia (1861), o la conferencia de Ortega y Gasset en el Circo de Artesanos en el año 1917... llegué al año 1520.

Entonces recordé, el libro me hizo recordar, un conocido hecho histórico, cual es que Carlos I hizo Cortes en A Coruña ese año, justamente hace cinco siglos.  

Carlos I de España y V de Alemania, rey de España (1516-1556), Rey de Romanos y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1520-1558), llamado "el Emperador" o "el Cesar", llegó con su séquito a la ciudad de A Coruña el 14 de abril de 1520, procedente de Santiago de Compostela.

Celebró Cortes en la ermita del Sancti Spiritus, cerca del antiguo convento de San Francisco y de los actuales jardines de la Maestranza. Y en ellas hubo presencia de Grandes de España como el Duque de Alba, el Duque de Medinacelli o Adriano de Utrech (futuro Papa Adriano VI), y personajes reseñables como Diego Colón —reconocido en esta ciudad Virrey de la Española—, y Fray Bartolomé de las Casas —autorizado en las mismas Cortes para aplicar su plan de evangelización en Cumaná (Venezuela)—. También le acompañaban ilustres gallegos como Don Alfonso de Fonseca y Ulloa, el Conde de Lemos y el Conde de Andrade.

El objeto principal, en cualquier caso, era solicitar dinero para la trascendental empresa de Carlos I de acudir a Alemania a coronarse emperador, y en A Coruña se dio el visto bueno definitivo, con la aprobación de una partida de alrededor de 800 ducados equivalente a 2100 kg de oro fino. 

Durante esta celebración tuvo lugar la primera proclamación de la idea imperial, efectuada por el doctor Mota (el obispo de Badajoz Pedro Ruiz de la Mota) que presidía las cortes y que afirmó: 

"Carlos es Rey de reyes, pues recibió de Dios el Imperio, continuación del antiguo, y es hecho, por la Gracia de Dios, Rey de romanos y Emperador del mundo, siendo España el corazón de este Imperio". Por esto se dice que la gestación del Imperio Español tuvo lugar en Santiago de Compostela y A Coruña. En este sentido y según Muñoz Gallardo (1971), el discurso elocuente e histórico de Mota se compone de cinco partes: 1) Don Carlos no era un rey como los demás, sino único y excepcional, nieto de setenta y tantos reyes, es el Rey de reyes; 2) El principal de sus estados es España, donde vivía y moriría; 3) El imperio tiene deberes universales, que se remontan a la religión católica y al mantenimiento de la solida unidad en el mundo occidental; 4) El imperio eterno y España: "Cuando otras naciones enviaban tributos a Roma, España enviaba emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio...); 5) Si Carlos se ausentaba era para acometer empresas que redundaran en el bien de España. 

El monarca expresaba así su idea de universalización y romanización cristiana a través de su obispo. Si bien, y en conjunción, también había intereses y luchas patrimoniales, tal y como señala Maravall (1958).

Carlos I embarcó por la puerta de San Miguel con destino a Flandes el 20 de mayo de 1520, con una flota comandada por el noble gallego Fernán Pérez de Andrade.

A Coruña se vio favorecida por los servicios prestados al emperador pues había sido un escalón decisivo para que se realizase aquel hecho de altísima trascendencia histórica. Carlos I favoreció a la ciudad con un mercado semanal en el que no se cobrarían impuestos, y tiempo después con la Casa de Contratación, la instalación de la Capitanía General o la Real Audiencia de Galicia. @mundiario

   

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