Con el 5% del PIB de España, Galicia es responsable del 15% de las emisiones a la atmósfera

Josu Jon Imaz. / Mundiario & Pho.to
Josu Jon Imaz, presidente de Repsol. / Mundiario & Pho.to

Ni la democracia ni la autonomía han corregido el rol tercermundista de la industria en un país tan rico en energía como Galicia, que tiene poca industria pero en cambio contamina más que si la tuviera. De entrada, multiplica por tres el porcentaje que le correspondería en función de su PIB.

Con el 5% del PIB de España, Galicia es responsable del 15% de las emisiones a la atmósfera

Si existiera proporcionalidad entre contaminación e industrialización, Galicia sería una de las grandes potencias económicas de España, pero no lo es. Y lo sería porque si aportase a la industria española un 15% de la producción –porcentaje del que es responsable en materia de contaminación– estaría en la vanguardia industrial junto a Cataluña y el País Vasco. Sin embargo, el papel de Galicia se reduce a exportar energía, del mismo modo que hace con la leche o los terneros, sin aprovechar su potencial valor añadido.

Las centrales de producción de electricidad suponen la mitad del total de emisiones en Galicia, que es responsable del 15,08% del total de las emisiones a la atmósfera de España, según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes, lo que supone que multiplica por tres el porcentaje que le correspondería en función de su producto interior bruto (PIB). Visto lo visto, ni la democracia recuperada en 1977 ni la autonomía asentada en 1981 han corregido el rol tercermundista de la industria en un país tan rico en energía como Galicia.

Según el biólogo Ramón Varela, catedrático de Biología y Geología y doctor en Biología, que fue presidente de Adega, Galicia es la primera comunidad de España en emitir a la atmósfera flúor, mercurio y perfluorocarburos; la segunda en emitir dióxido de carbono, gases de efecto invernadero, dióxido de azufre, cloro y sustancias acidificantes/eutrofizantes/precursoras de ozono, la tercera por emitir a la atmósfera partículas (PM10), monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles no metano (COVNM), metano, arsénico, cromo..., y la cuarta en emitir óxidos de nitrógeno, metales pesados en conjunto.

Repsol, la empresa que preside Josu Jon Imaz, lidera en Galicia el segundo sector más contaminante, el refino

La contaminación de grandes industrias gallegas como Repsol en A Coruña o Ence en Pontevedra va en aumento. Repsol, la empresa que preside Josu Jon Imaz, lidera en Galicia el segundo sector más contaminante, el refino, por encima de las 1,3 millones de toneladas, con una subida del 13,6% en su refinería de A Coruña, según un balance de la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, el primero sobre el comportamiento de la contaminación atmosférica durante el pasado ejercicio. Para el ecologista Fins Eirexas, en A Coruña existen niveles "preocupantes" de contaminación por óxidos de nitrógeno.

Aproximadamente la mitad del total de emisiones de gases con efecto invernadero que se trasladan a la atmósfera en esta comunidad proceden de la refinería de Repsol en A Coruña, la central de Endesa en As Pontes y la planta de Meirama en Cerceda, todas en la misma provincia. Siendo igualmente graves los tres casos, no son idénticos. Al menos por dos razones: una, la contaminación directa y el riesgo de accidente para la población constituyen en un caso un peligro masivo –el ex alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, definía la refinería como una “bomba controlada” adosada a la ciudad– y dos, en el peor de los escenarios, tanto Endesa como Unión Fenosa –a diferencia de Iberdrola– intentan desplegar una mínima política social y cultural en las zonas afectadas por su contaminación.

La refinería de Repsol con A Coruña al fondo. / Xurxo LobatoLa refinería de Repsol con A Coruña al fondo. / Xurxo Lobato

 

La empresa de Imaz vive de espaldas a la ciudad de A Coruña salvo para amenazarla con sus quemadores y con el riesgo que entraña la conducción del petróleo por debajo de las casas de miles de personas

Repsol es conocida en Galicia por ser una empresa altamente contaminante y toda una amenaza para la seguridad de una ciudad como A Coruña. De sus aspectos positivos poco o nada se sabe, salvo cuando llegan noticias de sus políticas sociales en el País Vasco o Cataluña. En cuanto al azufre que genera, Repsol estudia cómo usarlo en los cultivos agrícolas, ya que puede incrementar la producción y abaratar los costes al reducir el uso de fertilizantes y abonos. Pero ni eso lo investiga en Galicia. 

Repsol vive de espaldas a la ciudad de A Coruña salvo para amenazarla con sus quemadores y con el riesgo que entraña la conducción de su materia prima –léase petróleo–, por debajo de las casas de miles de personas. A Coruña ha padecido por culpa de esta compañía algunas de las mayores tragedias petrolíferas de la historia y encima de sufrir sus malos humos ha defendido la construcción de un puerto exterior que si beneficia a alguien es, paradójicamente, a Repsol, con el agravante para la ciudad de que mal podrá volver a pedir una infraestructura de esa dimensión presupuestaria en muchos años. No satisfecha con ello, Repsol reclama una indemnización por abandonar su concesión en el puerto interior, camino de la nueva dársena exterior, sin que las autoridades le planten cara ni al menos le afeen su conducta antisocial. @J_L_Gomez

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