El autor, FERNANDO GONZÁLEZ MACÍAS, es articulista y columnista de MUNDIARIO. Periodista y analista político, fue jefe de redacción del diario La Región de Ourense, coordinador del gabinete de comunicación de la Xunta, redactor jefe de los servicios informativos de TVG y director regional de COPE, Onda Cero y Punto Radio. @mundiario
Ya quisiera Pedro Sánchez que el PP adoptase en la política estatal una actitud similar la de PSOE y BNG en Galicia y que los populares empezasen por admitir la legitimidad democrática del gobierno de coalición.
Lo que busca la CEG es un auténtico mirlo blanco. Un empresario independiente, con prestigio y proyección social, con capacidad para concitar voluntades y que no haya tomado parte en ninguna de las múltiples banderías que generaron la grave crisis a la que se busca salida.
A los gestores públicos parece costarles un mundo que sus ideas pasen de las musas al teatro. De siempre, el de los Presupuestos es un debate tramposo.
Ahora ya son muchas las localidades, grandes y pequeñas, en las que las reuniones domiciliarias están limitadas a convivientes. En otras solo pueden reunirse cinco personas que no vivan juntas. Mientras, se suceden las llamadas de atención de las autoridades sanitarias.
Una vez que desapareció Resistencia Galega, los gallegos apenas tenían constancia de la existencia de grupos independentistas hasta que se desató, en dos fases, la Operación Jaro, por la que ahora se juzga en Madrid a los supuestos simpatizantes del separatismo violento.
Lo suyo no es un idilio. Tienen sus roces, que se avivaron a propósito de la reactivación de la actividad económica tras el confinamiento, las sucesivas prórrogas de los ERTE o una eventual contrarreforma laboral. Sin embargo, como buenas bomberas no se pisan la manguera.
La portavoz nacional del BNG transmite la imagen de una dirigente con perfil propio, con carisma, seria y solvente, sin estridencias ni histrionismos. Y sin soberbia. Polítologa de formación y con experiencia, es una hábil comunicadora capaz de demostrar un gran...
La sección cuarta de la Audiencia Nacional condena a Fernández de Sousa a ocho años de prisión por arruinar la empresa a base de artificios financieros y alzamiento de bienes.
De los 9.000 millones que le costó la operación al Estado apenas se recuperaron unos mil tras la venta a Banesco de lo que quedaba de las antiguas cajas nacionalizadas y bancarizadas.
A estas alturas, los trabajadores no ven otra solución que la nacionalización de lo que ellos, como la Xunta de Galicia y el Gobierno de España, consideran una actividad estratégica para los intereses industriales españoles. Vendría a ser más bien una renacionalización.