Deschamps afronta el desafío de devolver a Francia a alcanzar glorias pasadas
En la últimas citas internacionales la selección francesa ha ido cosechando fracaso tras fracaso y llega a Brasil sin contar en el grupo de favoritas. ¿Romperá los pronósticos?
Desde que Zinedine Zidane se despidió del fútbol, de forma injusta, tras perder en los penaltis la final del Mundial 2006 frente a Italia, el combinado bleu ha ido tropezando, estrépitosamente, en cada competición a la que ha acudido:
Es más, la clasificación para el Mundial de Brasil resultó agónica, ya que en la repesca tuvieron que remontar un 2-0 ante Ucrania.
El cambio generacional no ha traido buenos resultados y la prensa francesa ha sacado más artículos de embrollos turbulentos en el vestuario, que de los éxitos de su selección. La última viene dada por Didier Deschamps al no seleccionar a Nasri, uno de los baluartes del City campeón esta temporada.
El argumento de Deschamps ha sido, que quiere hacer un equipo: "Es un jugador de gran calidad pero sus prestaciones no están a la altura de Francia. Él mismo ha dicho que no es feliz cuando le sustituyen y estas cosas el grupo las siente. El staff técnico conoce perfectamente a los jugadores, pero también a las personas y yo no hago una lista para tres días".
El tecnico francés tiene las ideas claras, incluso en el once que se estrene ante Honduras: LLoris, Evra, Koscielny, Varane, Debuchy, Cabaye, Matuidi, Pogba, Ribery, Valbuena y Benzema parten con más opciones.
Francia juega normalmente de una manera directa y al contraataque, planteando partidos muy físicos. Lo más positivo para los galos es que no lo pueden hacer peor de como lo hicieron en 2010, y que van con la redención de no ser favorita. Su grupo es asequible puesto que solo Suiza parece que le puede complicar el primer puesto (Suiza, Honduras y Ecuador). Una selección a tener en cuenta, más por épocas mejores, que por su fútbol actual.