Sexo, sexo y más sexo en una novela de Cristina Lauren, Beautiful Bastard

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Beautiful bastard, de Cristina Lauren./ Paperblog

Otra literatura. Otra forma de ver la impersonalidad y el automatismo de los tiempos que vivimos. Cristina Lauren pega muy fuerte en este libro.

Sexo, sexo y más sexo en una novela de Cristina Lauren, Beautiful Bastard

Pega fuerte. Muy fuerte. Atronador. Beautiful Bastard, de Cristina Lauren, es un tributo a la pornografía más exquisita que se haya leído en estos últimos años. Y también es una reflexión muy dura sobre la frivolidad y el infantilismo de los sentimientos, una crítica durísima a la discreción y a esa obsesivo empeño por mantener las formas en una sociedad que ha hecho de la hipocresía una forma de consumo.

Parece que escribir  exquisitopornográfico en la misma frase sea un disparate. Pero no lo es en el caso de Lauren. La belleza de las descripciones no está reñida con la morbosidad y una adicción enfermiza al sexo en una pareja que, inmadura y con reacciones constantemente infantiles, no cesa de amarse de forma desaforada en toda clase de espacios y escenarios.

Lo mejor de todo y quizá lo peor es que el lector espera la aparición de terceras personas y nada de eso sucede. La perversión queda reducida a la recreación de las fantasías de esta pareja que tiende a aislarse del mundo. Y Lauren lo consigue con una dedicación absoluta a escribir párrafos y párrafos sobre sexo. Genial. Es pura maestría, en serio. Sin embargo, esa orfebrería va en detrimento de la trama. Porque no hay trama. No hay argumento. No hay aventura. No hay novela prácticamente. Solo hay dos personajes que se miran y se excitan vayan donde vayan. 

Sus salidas de tono y su continuo desafío al decoro y a la rectitud tienden a la perversión, pero están sujetos a la monogamia, a la búsqueda de una relación estable y duradera. Por esa razón, creo que Beautiful Bastard es una novela más moralizante que provocativa. Y no estoy de coña. No hay nada de malo en que una pareja se lo pase bien en la cama y fuera de ella, disfrutando de su sexo, cruzando los umbrales de lo permitido si, al final, se van a entregar a la monogamia eterna.

Y su encanto reside ahí; en su sexo salvaje, pero la señora Mills y su jefe Bennett Ryan están condenados a una unión imperecedera. Un trabajo más que recomendable si quieres pasar un buen rato. Fresco y divertido, y un nuevo ejemplo de que los géneros literarios hace tiempo que saltaron por los aires.

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