¿Las mujeres pagan para tener sexo?

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Julianne Moore, actriz y Joseph Gordon-Levitt, actor; en una escena de la cinta Don Jon. / Fotogramas.com

Los hombres pagan por tener sexo. No importa la edad, procedencia o personalidad. Pero en el caso de las mujeres las cosas cambian enormemente.

¿Las mujeres pagan para tener sexo?

Las mujeres durante mucho tiempo fueron muy sumisas a la hora de practicar el sexo de cualquier forma por esperar al hombre correcto o por miedo al qué dirán. Sin embargo, en este nuevo siglo, están más que dispuestas a disfrutar de sus cuerpos y del placer de un orgasmo.

Las mujeres jóvenes son más pudorosas a la hora de hablar del sexo. No tienen experiencia y temen a las consecuencias de estar acostándose con desconocidos. Les preocupa salir embarazadas, las enfermedades, las emociones y por lo general, desean vivir el cuento de hadas en el que quieren conocer al amor de su vida. Pero todo cambia cuando tratas con las mujeres maduras. Ya han abandonado los estigmas, son más inteligentes y experimentadas, no temen buscar lo que quieren y sobretodo desean disfrutar.

Aquellas mujeres que cuentan con edades que van entre los 40 y 55 años, no les molesta pensar en pagar por sexo. No ven ningún inconveniente en pagar por pasarla bien, para ellas no es problema ya que han quemado muchas etapas de sus vidas y no estaría mal relajarse y pasarla bien. Otras no tienen problema con mantener relaciones sexuales pagadas, siempre y cuando haya protección de por medio. Y no es que sean poco agraciadas, como muchos pensarán; sino que buscan la compañía de gigolós para satisfacer sus deseos.

Los casos van desde mujeres con parejas que no se sienten satisfechas, hasta mujeres jóvenes que se han liberado de los estigmas sociales para poder pasar un buen rato con un hombre. La razón que mueve a la mayoría de las mujeres es ser egoístas y satisfacer su propio placer, ignorando por completo los sentimientos y el placer del otro, para ser ellas quienes dominen la situación.

Las mujeres que solicitan los servicios de un gigoló esperan disfrutar y saciarse. Si la experiencia es buena, regresarán. Las mayoría son discretas, no se lo cuentan ni a sus mejores amigas y pueden realizar varias visitas por mes. Pero todo se trata del sexo, ya que con la edad, la mujer va abandonando el ideal romántico y se concentra en su sexualidad. Luego del romper el hielo, las mujeres que pagan por el sexo, no se detienen y desean seguir experimentando con todo lo que los gigolós puedan ofrecerles, como masajes eróticos o posiciones que jamás experimentaron.

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