La escritora Anny Peterson nos habla sobre el erotismo en la narrativa actual

Anny Peterson, escritora./ A.P.
Anny Peterson, escritora./ A.P.

"Cuando te das cuenta de que el amor no basta y tienes que luchar por él. Ahí está la sustancia. Lo ideal aburre", comenta Anny Peterson.

La escritora Anny Peterson nos habla sobre el erotismo en la narrativa actual

Polémica, directa y sin pelos en la lengua, Anny Peterson vuelve a Mundiario con una entrevista que reivindica el género de la erótica y de la romántica. Premiada en varios certámenes y perfeccionista en su tratamiento de los textos, esta escritora busca en su nueva novela, "En el fondo me tienes", la picaresca y el humor de las relaciones sentimentales que, carentes de idealismo, parecen abocadas al entendimiento, pues deseo y sexo se combinan para llegar a un lugar común, a algo que se parece al amor.

Sin renunciar a las marcas del género, Peterson destaca por su frescura, sus diálogos irónicos y por una percepción realista del compromiso y la ruptura.

Ha sido un placer volver a hablar con ella y cada una de sus respuestas aporta la cordura y la objetividad que erótica y romántica necesitan dentro de una variedad prácticamente inabarcable.

-¿A qué género se ajustan tus novelas sabiendo que el sexo es una parte importante en tus historias? 

A cualquier género, pero principalmente va dirigida a mujeres heterosexuales, aunque se incluyan temas como el LGTB.  

-Tu última novela, "En el fondo me tienes", se desarrolla en un lugar paradisiaco. ¿Hasta qué punto el espacio, al igual que el deseo o el erotismo, es un motivo de liberación para tus lectores?

En este caso el emplazamiento juega un papel fundamental. Como dicen en el libro, el famoso pueblo de Byron Bay, en Australia, no es un lugar, es una forma de ser. E influye tremendamente en cualquier individuo que recorra sus calles por su hechizante ambiente esotérico.

-Tu admiración hacia escritoras como Benavent explica el dinamismo de acciones y diálogos en la mayor parte de tus novelas. ¿Qué aspectos estructurales te han influido de ella?

No se puede reducir a Elisabet Benavent a un aspecto estructural, porque, por mucho que quieras meterle dinamismo o unos diálogos geniales a tu novela, otra cosa es QUE SEPAS hacerlo. Puede haber una teoría al respecto, pero la práctica es otro cantar.

O tienes el don de transmitir dinamismo como Elisabet, o no lo tienes. No se puede copiar algo tan personal, porque huele a kilómetros. Porque no convence. Otro tema es que me sienta identificada con su forma de hacer las cosas y también sea la mía, aunque las dos, en muchas ocasiones, no lleguemos a dar con ese equilibro que hacen que un libro sea grande de verdad. No es nada fácil. Ni para la propia Elisabet.

-¿Crees que el éxito de este género en Amazon, por ejemplo, se apoya en la existencia todavía de prejuicios y tabúes respecto al sexo?

Pues ahora que lo mencionas, sí. Y pongo un ejemplo. Mi padre me regaló en mi último cumpleaños el aclamado libro de "Berta Isla", de Javier Marías, que, al margen de su innegable escuela, pareció asombrarle en el tratamiento de las descripciones de los sentimientos familiares y amorosos. Yo, como buena lectora de romántica, al leerlo, levanté una ceja miré a los lados, y me atreví a pensar en bajito que, si mi padre leyera ciertos libros de "amor" que han pasado por mis manos, se caería de culo. ¿Tabúes? Muchos. En las próximas generaciones, habrá menos. Y también más divorcios. ¿Prejuicios? Todos. Mientras los que dominan el mundo de la palabra escrita aplaudan una forma de describir los sentimientos insulsa, repetitiva, descolorida y con todas las precauciones de no caer en la cursilería, la romántica seguirá triunfando.

-¿Qué opinas de aquellos críticos que consideran a esta clase de novelas como un género de clase machista?

Diría que, puede que hace seis años tuvieran razón, pero las cincuenta sombras de Grey en 2012 trajeron la era de la Ilustración en la novela romántica. Y, quien aún no se haya dado cuenta de que este género ha dado un giro bastante interesante, haciéndose un hueco en el top ventas de todo el planeta, es que ha perdido el tren.

Siempre he creído que, para opinar sobre algo, tienes que conocerlo. Y en este caso, leída una novela romántica, no significa leídas todas. Porque yo he leído novelas negras malas con ganas. Y de fantasía. Y de todo tipo, también romántica. Pero, ¿son todas iguales? No. Claro que existe un subgrupo de novelas de amor que abogan por el hombre dominante y la chica insegura, pero yo hace tiempo que no me encuentro este estereotipo en romántica. Casi me asusto más de los "feminazismos" que veo, que de machismo propiamente dicho.

- En tus novelas, el amor no se idealiza como en otras autoras. ¿Es una reivindicación personal o es una visión personal de tus propias experiencias sentimentales?

Yo creo que el lector no busca que se idealice el amor, y ya casi nadie lo hace porque, cuando una lectora del género pregunta si en un libro romántico hay "salseo", se refiere a si existe el inevitable conflicto que aparece tras ese beso perfecto dado con arcoiris y purpurina de colores. Cuando la realidad se impone. Cuando te das cuenta de que "el amor no basta" y tienes que luchar por él. Ahí está la sustancia. Lo ideal aburre. Lo perfecto cansa, pero lo real, puede superar la tensión de cualquier novela de terror.

Las escritoras de romántica no vendemos cuentos de hadas. Ahora vendemos realidades, tristes realidades que se pueden sobrellevar mejor con la ayuda del amor en cualquier ámbito, pareja, amistad, familia. Porque ningún ser humano está completo sin alguna clase de amor. Y el amor perfecto no existe. Existe Tu amor perfecto. 100% personalizado.

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