Déjame adentrarme en ti como si fuese un desconocido

Keira Knightley./ HdFondos.eu
Keira Knightley./ HdFondos.eu

Tiemblas cuando el deseo arde dentro de ti y presientes que has perdido, que no queda otra opción que aprender del éxtasis.

Déjame adentrarme en ti como si fuese un desconocido

Al grupo de Literatura con Ulises

Vigilas mis movimientos. Es la tercera vez que coincidimos en el mismo café. Te has maquillado los labios para mí. Lo sé.

Te echas el pelo hacia atrás para simular que piensas en algo ridículo que no tengo por qué conocer. Sabes que puedo hacer lo que me plazca contigo. Lo has leído en mis ojos nuevamente, en la acción breve del gesto de nuestro primer día y que no sabes cómo interpretar; al pasar delante de ti, me detuve y dejé que te fijases en el bulto de mi pantalón. Fue deshonesto, un atrevimiento tan soez como lleno de escarnio, hacia ti.

Pero te gustó y, por eso, regresaste al día siguiente.

Esperabas que hicieras lo mismo, sin embargo, no, no lo hice. Al menos, te invité al capuchino y me sonreíste desde la distancia. Y yo seguí sencillamente leyendo mientras el rubor de tus mejillas te delataba y ese declive de la inocencia, que no podías reprimir, era tan obsceno como mi declaración de principios el primer día, cuando experimenté aquella erección.

Saldrás por la puerta antes que yo.

Te seguiré. Subirás a un taxi y yo a otro. Conoces la habitación de ese motel céntrico;un diván rojo y una lámpara de araña imitan el decadentismo de una época que fue gloriosa para esta ciudad.

Como ayer y anteayer, jugaremos a lo mismo, si se puede llamar "jugar" a follar como dos desconocidos. No te diré mi nombre, ni a qué me dedico para perder el tiempo en una cafetería todas las mañanas.

Me pedirás que eyacule dentro de ti después de que te penetre varias veces sobre el escritorio y la luz del atardecer nos tentará a permanecer despiertos, mientras mi semen se adentrará en ti, caudaloso, como un meandro de claridad y de conocimiento.

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