5 formas prácticas de reducir tu vergüenza sexual

Chica sexy. / Pexels.com.
Chica sexy. / Pexels.com.

Dejar de lado la vergüenza sexual es un viaje muy personal y complicado de lograr, pero vale la pena tomarlo.

5 formas prácticas de reducir tu vergüenza sexual

La vergüenza sexual puede desconectarnos de nuestros cuerpos y del placer auténtico al obligarnos a cumplir con normas e ideales imposibles, y al decirnos que la forma en que experimentamos placer e intimidad es "incorrecta".

Según Brené Brown, médico e investigador de la vergüenza, "la vergüenza es la emoción más poderosa y maestra. Es el miedo a que no seamos lo suficientemente buenos. La vergüenza corroe la parte de nosotros que cree que somos capaces de cambiar".

La vergüenza es muy poderosa. La vergüenza puede hacernos encoger por dentro, renunciar a las cosas que amamos y sentirnos un poco menos seguros y amorosos. Más particularmente, la vergüenza sexual puede desconectarnos de nuestros cuerpos y del placer auténtico al obligarnos a conformarnos con normas e ideales imposibles y al decirnos que la forma en que experimentamos placer e intimidad es "incorrecta".

¿Cómo luchas contra esta vergüenza? Si es tan generalizado, ¿cómo podemos vivir sin él? Aquí hay algunas maneras prácticas de enfrentar la vergüenza y liberarse de ella.

1. Nómbrala

La vergüenza tiene aún más poder cuando actúa de forma anónima. Vivir solo con vergüenza que no puedes nombrar o expresar es muy destructivo para tu bienestar. Es por eso que nombrar tu vergüenza es a menudo el primer paso hacia la libertad.

Por supuesto, la mejor opción sería compartir tu vergüenza con alguien en quien confíes. Eso no siempre es posible, por lo que un buen primer paso es escribir o hablar en voz alta para ti mismo. Comienza con las palabras "Me avergüenzo de ...". Las emociones silenciosas y no expresadas son las más peligrosas y destructivas, desahógate. Este es un ejercicio difícil, pero enfrentar la vergüenza puede ayudarte a liberarte de él.

2. Explora tus sentimientos

Una vez que hayas nombrado tu vergüenza, puedes comenzar a explorar los otros sentimientos asociados con ella. ¿Tu vergüenza sexual te hace tener miedo de tener relaciones sexuales con otras personas?, ¿te obliga a suprimir los deseos que tienes o te dice que aceptes cosas que de otro modo no consentirías?

La vergüenza también puede hacernos sentir enojados con las personas que nos hacen sentir avergonzados. Identificar el enojo puede ayudarnos a reevaluar nuestras relaciones, o al menos descubrir que algo necesita ser reparado.

3. Compártela con otros

En el centro de la vergüenza está el mensaje: "No soy lo suficientemente bueno". Te hace sentir inadecuado e insuficiente, y como si el amor de los demás estuviera condicionado a que actuaras de cierta manera. Para contrarrestar esto, debes compartir tu vergüenza con alguien que te amará y apreciará de todos modos. En la conversación terapéutica, esto se llama "consideración positiva incondicional". Esta es una actitud hacia los demás que expresa que una persona es digna de amor y aprecio, pase lo que pase.

Un amigo o compañero de confianza puede ser la fuente de esa consideración positiva incondicional, pero a veces estas son las mismas personas que nos avergüenzan. En este caso, un terapeuta o consejero puede ayudar. Los foros de soporte en línea y las salas de chat también pueden proporcionar una salida para expresar nuestra vergüenza.

En resumen, necesitas encontrar un oyente amigable, alguien que te diga "eres es digno" sin importar qué.

4. Desconecta tu vergüenza de tu identidad

Una de las cosas perniciosas sobre la vergüenza es que se adhiere a nuestra identidad, dice "Eres una mala persona". La vergüenza es un parásito, solo está absorbiendo la energía de tu vida haciéndote sentir que su presencia es inevitable.

Sin embargo, los parásitos no sobreviven mucho tiempo fuera de su huésped. Lo mismo ocurre con la vergüenza: si la desconectas de tu identidad, morirá muy rápidamente. Cuando atribuimos nuestra identidad a lo que otros piensan de nosotros, nos volvemos vulnerables a juzgarnos a nosotros mismos a través de ojos externos. Si a alguien no le gusta la forma en que haces sexo oral, piensas que eres un amante terrible. Si alguien no acepta tu orientación sexual o de género, crees que eres una persona quebrantada e indigna.

Desconectar tu vergüenza de tu identidad significa tener un sistema interno de juicio que no depende de lo que piensen los demás. Significa aceptarte como eres y actuar en armonía con tus necesidades, valores y creencias.

5. Sé desvergonzado

Ser desvergonzado no significa hacer lo que sea con quien sea sin preocuparte por tu bienestar. Significa ser auténtico, sin pedir disculpas por ser quién eres. Significa actuar de acuerdo con tus valores, creencias e identidad. No dejes que los juicios vergonzosos de los demás te distraigan de eso.

Dejar de lado la vergüenza sexual no ocurre de la noche a la mañana. Se necesita mucho trabajo duro de tu parte. Es un viaje muy personal, pero vale la pena tomarlo.   @mundiario

 

 

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