3 maneras de practicar sadomasoquismo de forma segura

Desde tiempos inmemoriales, el sadomasoquismo no ha sido visto con buenos ojos, pues se considera que es una práctica sexual muy brutal y extrema, al punto de ser tildada de perversión. Y quizás no está lejos de la realidad, ya que este comportamiento sexual busca el placer a través de la dominación, el dolor y hasta la humillación. Sin embargo, puede ser saludable.

De acuerdo a un estudio de la Unviersidad de Idaho, publicado en el Journal of Positive Sexuality, el sadomasoquismo es una manera de ocio tan psicológicamente saludable como cualquier otra actividad. De hecho, quienes suelen practicarlo, afirman que es una forma de divertirse, de jugar, de liberar un poco de estrés. No más que un hobby, en principio. Esto, siempre y cuando se practique de manera voluntaria, claro está.

Siguiendo esta línea, diversos especialistas, como el psiquiatra Neel Burton, señalan que la práctica voluntaria del sadomasoquismo puede mejorar el placer sexual. Y es que el hecho de romper tabúes no sólo tiene beneficios en el ámbito sexual, sino también lo emocional.

Entonces, si es tan bueno como dicen, ¿por qué no intentarlo? La experta en sexualidad y autora del libro Tu sexo es tuyo, Sylvia de Béjar, ofrece 3 maneras de practicar sadomasoquismo de forma segura, para aquellas parejas que quieran salir de la rutina y darle un toque diferente a su relación.

1) Privación sensorial: "hazlo o hazla 'sufrir' tanto como desees", señala Béjar. Puedes empezar colocando una venda en sus ojos y unos audífonos con una música sensual, para luego acariciar todo su cuerpo y conducir el acto hasta llegar al orgasmo. En estos casos, no oír ni ver puede aumentar las sensaciones corporales.

2) Azotes: dependiendo del deseo de tu pareja, puedes empezar con un par de nalgadas suaves y ya luego ir aumentando el ritmo y la dureza de los azotes. Eso sí, antes de comenzar con las palmadas, prueba acariciando la zona para así relajar a tu pareja.

3) Inmovilizar: básicamente, se trata de atar a tu pareja. Con una corbata, un cinturón o, mejor aún, unas esposas, la herramienta que utilices para inmovilizar queda a tu libre elección. Cualquier artilugio que permita amarrar manos y pies a la cama será perfecto. Cabe destacar, que no necesariamente debe hacerse con dolor; basta con generar la sensación de no poder liberarte.

¡Espera un momento! Recordemos que esta practica del estilo 50 sombras de Grey, no debe confundirse con algún acto de violencia ni mucho menos con agresión sexual. @mundiario