Un sensor cerebral permite a un tetrapléjico escribir con la mente

Prueba de sensores cerebrales de escritura. YouTube HHMI Howard Hughes Medical Institute
Prueba de sensores cerebrales de escritura. / YouTube HHMI Howard Hughes Medical Institute
Científicos han desarrollado un sensor que permite descodificar las señales neuronales y convertir en texto, letra a letra, lo que un paciente con parálisis múltiple imagina que escribe.
Un sensor cerebral permite a un tetrapléjico escribir con la mente

Científicos han logrado, por primera vez, que una persona con tetraplejia escriba ‘a mano’ con la mente. Un equipo liderado por la Universidad de Standford junto al Howard Hughes Medical Institute ha desarrollado un innovador sistema de sensores cerebrales capaces de descodificar las señales neuronales y convertir en texto, letra a letra, lo que un paciente con parálisis múltiple imagina que escribe. 

La investigación, publicada por la revista Nature, combina un software de inteligencia artificial con un dispositivo interfaz cerebro-computador (BCI, por sus siglas en inglés) que, con un simple predictor de textos, puede transcribe -casi sin errores- frases completas y signos de palabras a una velocidad cercana a la que empleamos al teclear en el móvil. 

En palabras más sencillas: el paciente que formó parte del estudio ha logrado escribir lo que quería solo con pensarlo gracias a estos novedosos  chips para el cerebro. 

En concreto, el equipo trabajó con un individuo de 65 años, denominado T5, al que implantaron dos pequeños sensores "del tamaño de una aspirina para bebés", en la zona del cerebro que controla los brazos y las manos. 

 

El dispositivo no solo permitió  al hombre escribir, sino también mover un cursor en una pantalla con órdenes mentales lanzadas a su propia extremidad. Esto es posible gracias a un algoritmo de aprendizaje automático capaz de reconocer los patrones que generaba su cerebro con cada letra, y a la tecnología que captaba las señales que los sensores recibían de las neuronas individuales, cada vez que el sujeto pensaba que escribía sobre un bloc y con un lápiz (ambos imaginarios). 

El resultado es que T5 pudo copiar frases y contestar preguntas a un ritmo de 90 caracteres por minuto.

“Hemos visto que el cerebro conserva su capacidad para prescribir movimientos finos una década después de que el cuerpo haya perdido su capacidad para ejecutar tales movimientos”, ha explicado Frank Willett, autor de la investigación y miembro del Neural Prosthetics Translational Lab. “Y hemos aprendido que los movimientos intencionados complicados con velocidades cambiantes y trayectorias curvas, como la escritura a mano, se pueden interpretar más fácil y rápidamente con los algoritmos de inteligencia artificial que estamos usando que los movimientos más simples, como mover un cursor en línea recta a una velocidad constante”, añade. @mundiario

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