Senén Barro recibe uno de los Premios Nacionales de Informática concedidos por la SCIE

"Es un honor inmenso. Mi agradecimiento al jurado, a la SCIE y a la Fundación BBVA no solo por el galardón, sino también porque a través de los premios nacionales prestigian la investigación española en informática". Senén Barro, director científico del CiTIUS (Centro Singular de Investigación en Tecnologías Inteligentes de la Universidad de Santiago de Compostela), recogió anoche en la sede de la Fundación BBVA en Madrid uno de los Premios Nacionales de Informática, concedidos por la SCIE (Sociedad Científica Informática de España) desde 2005, y entregados de manera conjunta con la Fundación BBVA desde 2018. Un reconocimiento de máximo prestigio, que ambas organizaciones conceden a investigadores, entidades públicas y privadas que han dedicado su labor al estudio, fortalecimiento y divulgación de la informática.

En su alocución, Senén Barro –también colaborador de MUNDIARIO– tuvo palabras de agradecimiento a la institución, así como a todas las personas que le han acompañado durante su carrera: "Son muchas, a lo largo de una vida dedicada a la universidad, y en particular quienes lo han hecho como parte del Grupo de Sistemas Inteligentes (GSI), que creé hace más de tres décadas, y del que me siento enormemente orgulloso; el grupo, los investigadores que lo forman, son sin duda mi mejor proyecto científico: un proyecto creado en y gracias a mi alma mater, la USC, que me ha dado todo lo que soy profesionalmente".

Asimismo, el director del CiTIUS insistió en la necesidad de reforzar la investigación en esta área del conocimiento ante la oportunidad que se presenta en el actual contexto histórico, con la creciente expansión de la Inteligencia Artificial: "En el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA), o hacemos una investigación de calidad, pertinente y relevante, o seremos insignificantes en la tecnología más transformadora, social y económicamente, jamás desarrollada", reflexionaba Barro.

Para el investigador premiado, una máquina inteligente debe saber resolver problemas complejos con un alto grado de autonomía y capacidad de aprendizaje: "Siempre me ha apasionado el reto de hacer máquinas inteligentes; me considero un investigador de tipo explorador: tener intereses amplios me ha hecho explorar distintos campos de la inteligencia artificial", comenta.

Comenzó su carrera académica con la defensa de una tesis doctoral (1988), en la que creó el primer sistema de monitorización de pacientes en UCI que empleaba inteligencia artificial. También se ha esforzado por lograr que las máquinas entiendan las imprecisiones de la comunicación humana, algo esencial en muchos ámbitos.

Para ilustrar esta necesidad, el exrector de la Universidad de Santiago (2002-2010) cita un ejemplo del sector sanitario: "Es muy común que un paciente diga ‘En las últimas semanas he tenido dolores frecuentes’ o ‘Poco después de la prueba he notado estos síntomas’. Son expresiones imprecisas que las personas incorporamos sin problema a la toma de decisiones… a las máquinas, en cambio, les resulta más difícil; hay que buscar estrategias para trasladar la imprecisión al ámbito computacional", explica.

En lo que respecta al futuro más próximo, el catedrático de la USC concluye que "la IA es la tecnología más transformadora que hemos desarrollado nunca, y solo si apostamos por una IA confiable y por el bien común, amplificaremos sus beneficios y atenuaremos sus posibles perjuicios". Una máxima que, en palabras de Senén Barro, "ha guiado siempre la labor del Grupo de Sistemas Inteligentes, la mía en particular, y que ahora también abandera el CiTIUS". @mundiario