¿La inteligencia artificial podría ayudar a prevenir los suicidios?

La humanidad frente a la inteligencia artificial. / RR SS
IA. / RR SS
Un grupo de investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Estados Unidos, ha desarrollado un algoritmo capaz de predecir los intentos suicidas con una impresionante precisión del 92%. 
¿La inteligencia artificial podría ayudar a prevenir los suicidios?

Parece que el suicidio y la inteligencia artificial (IA) tiene algo en común: ambos fenómenos crecen con fuerza en medio de una sociedad cargada de mitos y tabúes.

La conciencia sobre la importancia de la salud mental ha ido tomando protagonismo en los últimos tiempos, en gran medida por la revolución que las redes sociales han causado en nuestra vida cotidiana. Conscientes de que el suicidio es un monstruo terrible y difícil de domar, las grandes compañías han decidido apostar a herramientas de IA para ayudar a los usuarios.

Pero no solo plataformas digitales como Twitter o Facebook han decidido incluir herramientas para detectar, denunciar o predecir los suicidios dentro de su comunidad de usuarios: la relación de la tecnología con los suicidios ha despertado el interés de la ciencia con el transcurrir de los años.

De hecho, a la fecha se han desarrollado cientos de estudios que pretenden dar luz sobre las ventajas que la innovación podría traer en la prevención de las autolesiones.

Un ejemplo interesante de ello es el de un grupo de investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Estados Unidos, que han creado un algoritmo capaz de predecir los intentos suicidas con una impresionante precisión del 92%.

El sistema funciona partiendo de los registros médicos de los pacientes, en conjunto con otros factores de riesgo como la edad, el género, el código postal, los medicamentos que estos consumen y los diagnósticos previos.

La suma de estos indicadores sirve como punto de partida para que un algoritmo inteligente logre identificar a las personas con riesgo de suicidio y, también a aquellas que han cometido algún tipo de autolesión, aunque no muestren evidencia alguna. ¿Impresionante, no?

Y aunque todas estas pruebas apenas se encuentran en su fase inicial, parece que hemos llegado a un punto en el que resulta indispensable reconocer que lejos de representar una amenaza –como sostienen algunos- la inteligencia artificial ha llegado para quedarse y puede, si queremos, convertirse en un gran aliado para ayudar al ser humano, especialmente en el campo de salud. @mundiario